Déficit autonómico
Fin a la armonía Gobierno-Junta por las dudas sobre las cuentas andaluzas
Queja formal de Griñán después de que la vicepresidenta mostrara su «gran preocupación»
SEVILLA- La cercanía de las elecciones andaluzas agranda la desconfianza entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía. El ejecutivo de Griñán considera que Rajoy y sus ministros harán lo posible por apoyar a Arenas en sus aspiraciones a alcanzar el Gobierno andaluz, mientras que desde Madrid hay sospechas sobre la situación real de las arcas públicas de la comunidad. Sobre todo, tras comprobar cómo el déficit público se disparó en 2011 dos puntos por encima de lo que aseguró la ex ministra Elena Salgado. Ese paso del 6 al 8 por ciento, es lo que ha ocasionado la subida de impuestos anunciada y mayores recortes de gasto de los previstos. No es el único ejemplo; en Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal ya denunció que la tesorería que dejó José María Barrera era peor de lo que el ex presidente manifestó.
Ese clima general de recelo se había mitigado tras la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del lunes. Las propuestas de Cristóbal Montoro contaron con el aval de la consejera andaluza, Carmen Martínez Aguayo. Pero ayer se rompió. La comunicación interna de la Intervención General de Hacienda de suspensión de contabilidad interna para cerrar el ejercicio de 2011 ha hecho quebrar esa armonía. La Junta atribuye la orden a un procedimiento administrativo corriente y que realizan todas las comunidades autónomas; el PP-A, por su parte, considera que se están ocultando facturas para cumplir con el objetivo de déficit marcado y «engordar» los compromisos de pago que tendrá que afrontar el Gobierno que salga de las urnas el 25-M. Lo inesperado surgió cuando la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, verbalizó las sospechas y aseguró tras el Consejo de Ministros que «desde luego seguimos con gran preocupación las noticias que se están conociendo» y recordó los compromisos adquiridos de todas las regiones con la estabilidad presupuestaria y «las correspondientes sanciones que pudieran imponerse». Terminó recordando el «desvío de fondos» en el caso de los ERE.
Esa duda sobre las cuentas públicas andaluzas no sentó bien en el Ejecutivo de Griñán. La Junta anunció que expresará por carta al Gobierno de Rajoy una «queja formal» ante estas declaraciones. No es sólo por el hipotético daño electoral, sino por el «gran daño al crédito» de Andalucía ante las agencias y los bancos.
El presidente andaluz, José Antonio Griñán, insistió en esta idea: «Cuando uno se sienta en la representación de España como Gobierno ha de tener lealtad institucional con todas las instituciones», apuntó. Completó su mensaje a la vicepresidenta con una alusión a su partidismo e inexperiencia: «Detrás de ella, ya no está el escudo del PP, sino el escudo de España».
Griñán también anunció que la responsable de las cuentas andaluzas, Carmen Martínez Aguayo, pedirá formalmente una reunión «urgente» con el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, para exigirle «respeto». Y aún quedan dos meses para la cita electoral.
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