Engaño o ignorancia

La posibilidad de que el déficit a final de año superara el 6 por ciento exigido era un temor que anidaba en la mayor parte de los españoles, tras haber comprobado lo sucedido en las comunidades autónomas que iban dejando los socialistas. En todas ellas, las cifras han sido más altas que las anunciadas. Por ello, los dos puntos de diferencia no han causado demasiada sorpresa, pero sus consecuencias van a ser terribles para el bolsillo de una gran mayoría de españoles, que veremos reducido nuestro poder adquisitivo en los puntos que nos afecte el tramo de subida de IRPF. Afortunadamente, el Gobierno ha dejado fuera de los ajustes a parados y jubilados.
Ante esta noticia negativa, el Ejecutivo de Rajoy se vio obligado el pasado viernes a tomar medidas excepcionales que no entraban en sus previsiones. Así lo explicaba la titular de Empleo, Fátima Báñez, al asegurar que los socialistas han dejado «el país en ruina económica y social» y que, por este motivo, aunque el PP es partidario de las bajadas selectivas de impuestos para impulsar el crecimiento, en este momento hay que financiar el país y hacer que vuelva a ser solvente. Así pues, sube los impuestos para asegurar la recaudación y tapar ese agujero descubierto que supone 20.000 millones de euros. Además, indirectamente, financia a las comunidades autónomas que se llevan una parte de la recaudación del Impuesto sobre la Renta.
Ahora sólo queda por clarificar si el PSOE ignoraba que se habían pasado en el déficit o si lo ocultó pese a saber la realidad, porque en campaña electoral no resultaba conveniente soltar la mala nueva. En cualquiera de los dos casos, nos toca apretarnos el cinturón a ese 60 por ciento de ciudadanos que formamos la clase media.