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Apatía por Manuel Muñoz Hidalgo

La Razón
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Nos encontramos en la época de la pasividad, la depresión y la importancia ante las obligaciones que nos afligen y hunden en una insostenible apatía. Se habla demasiado de recortes, de abstinencia y lo que se hablará hasta el agotamiento y justificación, pero que no nos metan en el mismo saco de responsabilidades. Aburridos por tanta demagogia,tanto disimulo y tanta insistencia en repetir lo mismo, elogiar virtudes de instituciones que no las tienen, engaños que han debilitado la ilusión al contemplar nuestra razón sin voz ni fuerza al impedirle hasta el diálogo. Todos tienen derecho a vivir según les plazca sin comprometer ni dañar a los demás. Los vicios y caprichos que cada uno se los pague de sus bolsillos. Mucho se habla pero casi nada se avanza respecto a erradicar el fraude fiscal. Los eruditos afirman que en España el fraude fiscal cuesta unos 90.000 millones de euros al año y precisamente el 72 por ciento de este fraude procede de las grandes fortunas, de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año y de la banca, la imprescindible y todopoderosa banca, la que tiene la mejor protección, aunque lo más fácil es culpar de cualquier anomalía financiera a los sectores más débiles de los trabajadores, muchos de ellos sin trabajo. ¿Para qué sirven las numerosas Diputaciones...? ¿Para el ahorro o para el reparto de dádivas y prevendas? ¿Estas gestiones no podrían simplificarse en beneficio de todos con un ahorro entre 5.000 a 10.000 millones de euros que ahora se reparten con cierta alegría? Con una regulación de otras actividades lúdicas el Estado no tendría más ingresos y con el dinero sobrante dedicarlo a impedir la corrupción fiscal ¿Suprimir ciertas instituciones no rebajaría el déficit por los millones de euros que cuesta mantenerlas? Los que realizan un trabajo público o privado es justo reciban el pago de sus honorarios pero sin excesos. Si hemos luchado para vivir en libertad que así sea, no para beneficiar a corruptos y allegados, porque será tan enorme e incurable la apatía de la gente que no hará falta luchar por la justicia.