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El órdago de Cascos se vuelve contra él
Su plan de anticipar las elecciones provoca la pérdida de confianza en su partido y «marca» su futuro político
Madrid- Francisco Álvarez-Cascos vivió ayer un «dejà vu» por todo lo grande. Bueno, él y todos los asturianos, que se vieron obligados a acudir a las urnas por segunda vez en menos de un año por el órdago de un político al que le pudo la soberbia. Y es que, lejos de ceder o conseguir que otros dieran su brazo a torcer, el líder de Foro Asturias se obcecó y frenó en seco. Tanto que, con la que está cayendo, no le importó dejar en el aire los presupuestos autonómicos. Y ha sido su propia ambición la que le ha colocado al borde del precipicio: o todo o nada. Por el momento, va a ser que «nada», ya que se vuelve a quedar lejos, ahora más que antes, de las puertas del Principado. Por no hablar de lo que le espera dentro de su propio partido. Los errores no se perdonan y el de Álvarez-Cascos ha removido los cimientos del partido.
Las cifras no conducen a engaño. Los asturianos han castigado su prepotencia y han dejado entrever su malestar por la incapacidad del líder de Foro Asturias para llegar a acuerdos. Tampoco ha gustado el plan que ideó para tapar esta incapacidad, pues lejos de realizar un esfuerzo político, emprendió una huida hacia atrás que de nada ha servido. Los comicios de ayer no sólo no han mejorado la situación del Principado sino que la han complicado, y de qué manera.
Si en la primavera de 2011 Álvarez-Cascos aún podía plantearse gobernar en minoría, como hasta ahora, esa posibilidad ya es historia. Los socialistas le han arrebatado esa opción. Pero no será el único bache en su camino hacia la presidencia. El batacazo es real, las cifras lo demuestran y las palabras de Álvarez-Cascos también. Anoche, tras darse a conocer los resultados y ver el nuevo escenario que se ha configurado, el candidato a la reelección por Foro Asturias anunció que serán «imprescindibles los pactos, las renuncias parciales y el diálogo». Unas palabras, cuanto menos sorprendentes, si tenemos en cuenta que, de haber aplicado esas medidas en su día, no habría hecho falta anticipar elecciones. Y como suele pasar en estos casos, lejos de reconocer el fracaso, señaló que su partido se ha «consolidado», pese al despliegue «sin precedentes» de los dos grandes partidos nacionales.
Y si bien es cierto que el adelanto electoral ha golpeado de lleno a Foro Asturias, que ha perdido el respaldo del 30,36 por ciento de sus votantes, su candidato a la reelección no se amilana y mantiene su aspiración de presidir la Junta General del Principado. A su entender, era algo necesario para superar la situación de «bloqueo» que existía. Situación que él mismo ha provocado por no ceder ni un milímetro en sus posiciones. Ayer, tendió una mano todas aquellas formaciones dispuestas a aportar y aceptar «lealmente» ideas y esfuerzos para llevar a Asturias a la senda del crecimiento.
Quizá apuntaba directamente hacia la nueva candidata del PP, Teresa Fernández, con quien, se dice, mantiene una buena relación. Pero esas palabras carecen de validez, ya que ni siquiera fue capaz de llegar a un acuerdo para cerrar los presupuestos de la región.
El envite que realizó al pueblo asturiano se ha vuelto en su contra y le ha golpeado donde más le duele, en su orgullo. Su liderazgo al frente de Foro Asturias no peligrará si logra salvar los muebles y mantener la presidencia asturiana. Si fracasa en esta misión, su futuro político, marcado ya tras estos comicios, penderá de un hilo. Eso sí, sea como fuere, él lo tiene claro: «Foro seguirá siendo un partido de Gobierno».
Diputados FAC
Francisco Álvarez-Cascos
Cristina Coto De la Mata
Pelayo Roces Arbesú
Esther Landa Riera
Albano Longo Álvarez
I. Manuel Martínez
José Antonio Martínez
María Teresa Alonso
Manuel Peña Sánchez
Carmen Fernández
José Manuel Rivero
José María Navia-Osorio
Manuel Fano Alonso
PERFIL
Francisco Álvarez-Cascos / Candidato de Foro Asturias
El «halcón» destronado; por Pilar Ferrer
Fue el verdadero «pata negra» del partido. El hombre que, primero junto a Fraga y después con Aznar, sentó las bases de una organización política de primera. Paco Älvarez- Cascos, FAC, fue siempre un hombre preso de su propio carácter. Trabajador incansable, hasta la extenuación, con un carácter fuerte y de mando en plaza, en sus tiempos de secretario general del PP era conocido como el todopoderoso «apagafuegos». Un dirigente severo, exigente, que iba con el extintor en la mano para calmar y pulir los cimientos del primer partido de la oposición. Pero el destino y, tal vez, las peripecias personales que jalonan todo en la vida, tornaron su gestión pública. Paco, el gran FAC, inició en Asturias un camino arriesgado. Quien fuera el mayor confidente de Aznar, colaborador de Rajoy y lugarteniente de la derecha española, se tiró al monte. Cascos fue siempre un devoto de la naturaleza, fiel a su pesca de salmones con Fraga en los Ancares. Ahora, ha jugado con la caña arriesgada. Su desafío electoral, tras o llevar a su nueva formación política, Foro Asturias, al poder, pone en un brete al Principado y en entredicho el gobierno autonómico. Tuvo todo el poder, en el Gobierno y en el partido. Tal vez, su síndrome, sea el de reubicarse en momentos delicados. El de un potente «halcón» destronado, aún a tiempo de anidar con sensatez y el sentido común de sus años brillantes.
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