Castilla-La Mancha
Fabra anuncia recortes en la función pública y C9
Les Corts Valencianes eligieron ayer al primer presidente de la Generalitat, «de Castellón». Alberto Fabra fue proclamado con los 55 votos del grupo popular.
Con ello acaba la jornada que había comenzado con su llegada al Palau de Benicarló poco antes de las diez, acompañado por el todavía presidente, Francisco Camps, la vicepresidenta, paula Sánchez de León, las alcaldesas de Valencia y Alicante, Rita Barberá y Sonia Castedo, y el presidente provincial, Alfonso Rus, entre otros. El presidente de Les Corts Valencianes, Juan Cotino, lo recibió a las puerta del Parlamento Autonómico.
A las diez en punto estaba convocado el grupo parlamentario para su reunión previa a los plenos. Esta vez solo intervinieron el presidente saliente y el entrante. Camps hizo hincapié en que comenzaba una nueva etapa, con un nuevo presidente y, por lo tanto, una nueva dirección del grupo parlamentario. Pidió a todos los diputados que fueran leales y que trabajaran estrechamente con Alberto Fabra. Dijo que no había ningún tipo de tutela y que él se echaba a un lado para defenderse mejor de las acusaciones que pesan ante el TSJ valenciano.
Por su parte, Fabra elogió el trabajo realizado por Francisco Camps y señaló que seguiría por ese camino, que era el que marcaba el programa electoral del PP.
Ya en el hemiciclo y tras recibir «ambos» presidentes los aplausos de las huestes populares, el todavía alcalde de Castellón anunció un nuevo plan de austeridad que a priori pareció extenso, a falta de una concreción definitiva.
«Reduciremos el gasto de funcionamiento, reduciremos el sector público y simplificaremos la Administración. Haremos un nuevo ajuste y reordenaremos las plantillas» Anunció también el establecimiento de un sistema de compras centralizado y un mayor control del gasto tanto por la intervención general como por el de cada Conselleria.
Además, mencionó también «un acuerdo con los sindicatos para adecuar el número de representantes de los trabajadores a la situación de crisis actual». Es decir, el nuevo presidente pretende limitar el número de liberados sindicales en cada Departamento de la Administración, algo que ya emprendió el entonces conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, y por lo que recibió feroces críticas.
También anunció la creación de una Corporación pública empresarial valenciana, para reducir el coste de las empresas públicas dependientes del Consell, así como para establecer un estricto control financiero y aprovechar las sinergias.
El presidente «in pectore» optó por «pasar página y volver a la normalidad en las instituciones» y abogó por la máxima transparencia.
En el turno de réplica Fabra bajó a la arena del cuerpo a cuerpo para contestar a Alarte, pero ofreció detalles nuevos de la que será su gestión al frente del Consell. Y se refirió a la Radio Televisión Valenciana, de la que dijo que «hay que racionalizar el gasto, revisar las estructuras y optar «por una financiación mixta con subvención pública e ingresos publicitarios».
Del nivel de endeudamiento afirmó que «la deuda con el PP son obras que se ven y que disfrutan los valencianos» y pidió a Alarte que le ayude a lograr la financiación justa para los cinco millones de valencianos, porque «bajo mi Gobierno -primera mención en primera persona a su inmediata tarea- no seremos nunca menos que ninguna otra Comunidad autónoma».
Alarte, por su parte, acusó a Fabra de realizar un ejercicio de complicidad con Camps por «negar la realidad, por lo que será incapaz de cambiarla».
El líder de los socialista valencianos no se arriesgó a volver a enhebrar un discurso de mano tendida como hizo en la primera intervención del debate de investidura de Camps. El recuerdo del revolcón que le dio el ya casi ex presidente, hizo que optará desde el primer minuto por el ataque.
«Le he visto con poco coraje, sin novedad alguna. Tiene usted la legitimidad, pero le falta la credibilidad porque no se presentó usted a las elecciones».
Alarte ofreció quince medidas de consenso al candidato, entre las que destacaba la reducción a siete del número de Conselleries y la reducción de la firmas necesarias para la iniciativa legislativa popular (ILP) de las actuales 50.000 a 24.000. También pidió que el promotor de cada iniciativa pudiera defenderla personalmente ante el Parlamento.
También le pidió que «retire de la vida pública a quien esté acusado formalmente por un juez».
Fabra le contestó que plantear como toda alternativa de Gobierno dos folios con quince medidas le parecía «una frivolidad» y le recordó que el que carecía de credibilidad era el socialista, «porque prometió que se retiraría si sacaba menos apoyos que Ignasi Pla, y no lo ha hecho».
Alarte le pidió que cumpliera su palabra de recibir a la Comisión de Víctimas del Accidente del Metro y que la visita sirviera para reabrir la comisión de investigación y depurar responsabilidades. Fabra le contestó que sí, que los recibiría «para seguir dándoles el cariño y apoyo que siempre han tenido en el Consell».
El portavoz de Compromís, Enric Morera, abrió la sesión de la tarde con un discurso en su comienzo explosivo, ya que solicitó un cambio en la ley de expresidentes de la Generalitat con el objetivo de retirar todos los honores a Francisco Camps, en caso de que sea condenado por cohecho, y que no se beneficie del coche ni de los secretarios ni del sueldo público que contempla esa norma.
En este mismo capítulo, pidió la apertura de una oficina antifraude y apartar de la vida pública a las personas procesadas por casos de corrupción. Ya metido en peticiones, defendió la recuperación de la CAM para el pueblo valenciano y pedir responsabilidades a sus gestores, cuya gestión habrá que analizar si han actuado de forma delictiva.
En su respuesta, Alberto Fabra fue tajante invitando a Morera a no perder el tiempo con debates estériles, defendió la independencia de los órganos de dirección de la Caja de ahorros alicantina, y lamentó que su opositor no se refiriera a ninguna de las cuestiones que preocupan a los ciudadanos ni al Turismo, uno de los grandes capitales de la Ciomunitat. «No pierda el tiempo ni haga debates estériles. Seguiré en la vía de generar acuerdos que permitan crear empleo, porque es lo que necesita la Comunitat Valenciana para devolver la ilusión a muchas personas».
Seguidamente, la portavoz de EU, Marga Sanz, en su línea tradicional apostó por la ruptura con la política de grandes eventos y por un profundo giro ético y social, porque la época de las inauguraciones ya no vale, como tampoco una permisividad más con la corrupción. Exigió que Fabra dé una explicación a los ciudadanos de la visita del Papa y los contratos del Caso Gürtel.
Fabra le contestó con una defensa de los grandes eventos, porque han generado 9.205 millones de impacto económico y 68 millones de visitantes, así como la creación de 271.000 empleos.
Finalmente, el portavoz del PP, Rafael Blasco, tuvo palabras de alabanza para Francisco Camps, defendió la gestión del Consell y garantizó el esfuerzo y la capacidad de Alberto Fabra, para el que ofreció el apoyo total del grupo popular en su tarea de afrontar la superación de la crisis económica y la creación de empleo.
Fabra agradeció las palabras de su portavoz y el apoyo que le ofrecía. Aseguró trabajar incansablemente para beneficio de toda la sociedad valenciana.
Chaves, Gabilondo y Cospedal
Alberto Fabra tomará posesión de su cargo mañana ante la presenia del vicepresidente y ministro de Administraciones Públicas, Manuel Chaves. Durante el día de hoy el Rey firmará el nombramiento, formalismo previo a la jura en el Parlamento. Fabra se comprometerá a que «aitant com tindré el càrrec de president de la Generalitat, acataré la Constitució i l'Estatut d'Autonomia, sense engany, i guardaré fidelitat a la Generalitat». En la zona de invitados, le contemplarán la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y el vicesecretario del PP, Esteban González Pons.
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