Chamartín
Ozil: «Vengo a crecer de la mano del mejor técnico»
Mesut Ozil pasó ayer el reconocimiento médico, firmó, ofreció sus primeras declaraciones y se entrenó
Mesut Ozil, el flamante nuevo «10» del Real Madrid, posición que mejor se adapta a sus características, según él refirió, vivió ayer un maratoniano primer día como jugador blanco. Aterrizó en Madrid, pasó el reconocimiento médico, firmó, ofreció sus primeras declaraciones y se entrenó a las órdenes de Mourinho en Valdebebas.
En su primera comparecencia pública, Ozil demostró por qué ha conseguido liderar la selección de Alemania o fichar por el Real Madrid con tan solo 21 años. Tiene una madurez impropia de su edad. Mesut se mostró ante la ma- sa de medios españoles con una felicidad serena y en ningún momento dejó traslucir sus nervios. Con una perfecta compostura lidió a las mil maravillas las preguntas de la Prensa. Logró lo que pocos, no parecer exagerado ni con la lección aprendida cuando sentenció que llega al «mejor equipo del mundo y con el mejor entrenador». Además, desmintió sin atisbo de duda que se hubiera reunido con Florentino Pérez en el domicilio del presidente madridista, que su padre («que no hace declaraciones») hubiera afirmado este extremo o que se hubiera negado a entrenarse con el Werder Bremen el martes, la misma mañana en que se resolvió su traspaso al club de Chamartín. «No conozco al presidente, todo lo resolvió mi agente. Ayer, el Werder Bremen me llamó para comunicármelo y entonces fui a recoger mis cosas, me dijeron que podía quedarme en casa por la tarde, pero no hubiera tenido ningún problema en entrenarme», dijo.
A Ozil se le preguntó si el Barcelona le había tentado, pero ni nombró al equipo rival: «Desde el principio hablé con mis asesores y repasé las opciones que tenía, pero siempre quise estar en el mejor equipo del mundo, el Madrid, y con el mejor entrenador del mundo para mí, José Mourinho. Hablé con el técnico y me convenció. Por eso estoy aquí».
Ozil quiso destacar «la gran oportunidad» que se le abre al jugar en España, donde –dijo– «están los mejores equipos del mundo». «Sé que aquí voy a crecer mucho. He tenido competencia en la Selección alemana y en mis equipos, pero en el Real Madrid hay jugadores de clase mundial, como Cristiano o Kaká, y será un placer y un honor aprender de ellos. Me gusta trabajar muy duro, he puesto el acelerador y he conseguido llegar a este club, que era lo que quería», fue su declaración de intenciones.
En la plantilla tiene el gran apoyo de su compañero internacional Khedira, al que felicitó cuando fichó por el Madrid y luego intercambiaron correos en los que Sami le contaba que el «clima es espléndido» y que había un gran equipo.
Inmerso en pleno Ramadán, él, a diferencia de otro musulmanes madridistas –Lass, Benzema y Diarra–, que aún no está claro hasta qué punto cumplirán el ayuno de comida y bebida hasta la puesta del sol, lo descarta por simple respeto a su profesión: «No puedo cumplirlo. Hay que comer y beber para rendir en el campo. Intentaré hacerlo en los días libres».
Lo del «Messi alemán» –aclaró– «fue sólo un apodo» por aquello de Messi-Mesut. «Tengo una tipología muy diferente. Él es un gran jugador, pero yo sólo me centro en mí mismo», concluyó el nuevo y último fichaje del Real Madrid.
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