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Los obispos reclaman políticas familiares
Por quinto año consecutivo, muchos obispos españoles acuden el viernes a Madrid acompañando a miles de familias, «para dar gracias a Dios por el don de la familia cristiana», pero también para pedir apoyo a la institución familiar.
MADRID- «Una necesidad urgente es promover la natalidad, porque una sociedad que no transmite la vida ya ha fracasado», propone el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. «Hay que empezar por ayudar a las embarazadas, y también a las familias numerosas. Tiene que haber alternativas que no sean el aborto. Deseo la abolición total del aborto. Y que se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos. Si el nuevo Gobierno colabora en eso, tendrá mis simpatías», añade.
En la misma línea se expresa el obispo de Logroño, Juan José Omella. «La regeneración social no pasa sólo por la economía, sino por la educación en valores; y la familia, la escuela y la Iglesia pueden hacer mucho si se ponen de acuerdo. Hoy algunas asignaturas proponen contravalores. Si Educación para la Ciudadanía enseñase la Constitución, vale; pero al meterse en temas morales, propios de los padres, impone los valores del poder político. Es un estatalismo gravísimo».
«A las administraciones yo les pediría tres cosas», enumera el obispo de Tarrasa, José Ángel Sáiz. «Primero, que sean conscientes de la importancia de la familia como célula primaria de la sociedad; segundo, que se comprometan a promover y defender la familia en coherencia con los valores cristianos y, en tercer lugar, les pido políticas concretas que faciliten la vida familiar».
Natalidad y mundo rural
El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, considera que muchos políticos del ámbito rural pueden tener las ideas más claras que los de ciudad: «En el mundo rural, despoblado, los políticos se plantean cómo repoblar los territorios, y están obligados a tener visión de familia si no quieren que el campo desaparezca. De la necesidad hacen virtud». El obispo Berzosa recuerda que «los políticos también viven en familia, y saben que una de las soluciones de la crisis es el apoyo familiar, que es económico, afectivo e incluso ayuda a crear empleo. Sin la familia, ¿a qué nos agarraremos?». Por su parte, el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, se muestra convencido de que «lo peor de estos últimos años ha sido aprobar la nueva Ley del Aborto», aunque constata que «mucha gente ha cobrado conciencia de la defensa de la vida y la familia estos años». También él pide defender «el matrimonio entre hombre y mujer y el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones».
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