Londres
España respira: la prima de riesgo cae a su nivel más bajo en un mes
Cierra la jornada en 356 puntos, tras retroceder 143 desde la semana anterior a las elecciones
Si el fútbol es un estado de ánimo, los mercados tienen en los últimos meses mucho de balompédicos. Basta un simple rumor o la percepción psicológica de que las cosas van a derivar hacia el éxito o el fracaso para que la máquina avance a todo trapo o amenace con griparse estrepitosamente. En los últimos días, el optimismo se ha impuesto en esta montaña rusa de sensaciones, impulsando las bolsas al alza y la prima de riesgo española a la baja. El diferencial entre el bono español y el alemán a diez años, que determina la confianza en la economía nacional, cayó ayer 39 puntos básicos, desde los 395 con los que abrió la sesión a los 356 con los que cerró. En los últimos cuatro días, acumula un retroceso de 71 puntos, mientras que desde que Mariano Rajoy ganó las elecciones generales el pasado día 20, ha caído en 143, tras marcar el 17 de noviembre su nivel más alto en 499 puntos básicos. El retroceso de la rentabilidad del bono español, que cerró ayer en el 5,74%, frente al 6,23% del miércoles, hizo posible buena parte de la mejora, pues el alemán apenas cayó desde el 2,28% hasta el 2,17%.
«La situación no ha cambiado sustancialmente con respecto a la semana pasada. Lo que ha ocurrido es que, esta semana, en los mercados hay más esperanzas de que las cosas se arreglen», afirma Soledad Pellón, analista de IG Markets. Una expectativas que, explica, se asientan en la buena acogida que han tenido tres sucesos puntuales acaecidos en los últimos cuatro días. El primero se produjo el pasado domingo, cuando la prensa germana publicó que Francia y Alemania están ultimando un nuevo pacto de estabilidad para la eurozona que obligaría a los estados a realizar un estricto control del déficit nacional y a aceptar una supervisión presupuestaria supranacional. A cambio, Alemania se mostraría más flexible con las compras masivas de deuda del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario para ayudar a los países que más apuros atraviesan, como España o Italia.
Más compra de deuda
Sin embargo, como explica Pellón, el detonante que ha invertido de forma decisiva el estado de ánimo de los inversores ha sido la acción concertada de los principales bancos centrales mundiales, que el miércoles, por segunda vez en los últimos meses, inundaron de liquidez los mercados. «La medida, aunque tiene un impacto directo mínimo, sí que ha generado la sensación de que esto puede ser el prolegómeno de algo mayor», asegura Pellón. Lo que, en su opinión, los inversores están intuyendo es la posibilidad de que en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE del próximo día 9 se adopten medidas, como la esbozada el fin de semana por los medios alemanes, que contribuyan a atajar de una vez por todas la crisis de deuda europea. Ayer mismo, el presidente galo, Nicolas Sarkozy, anunció que se reunirá el próximo lunes con Angela Merkel para lanzar propuestas que garanticen «el futuro del euro» y que deben pasar, advirtió, por la mencionada disciplina fiscal.
De momento, y a falta de saber lo que ocurrirá en tan trascendental cita, el organismo supervisor sigue adelante con su plan extraordinario de adquisición de deuda de los países periféricos, pese a que su presidente, Mario Draghi, insistió en que es una medida «limitada». El rumor ayer era que el BCE había acometido otra importante compra de deuda italiana, lo que habría relajado de forma importante la prima de riesgo española.
Los mercados también tienen depositadas muchas esperanzas en la reunión que celebrará el BCE la próxima semana. La mayoría de analistas coinciden en que es más que probable que el eurobanco apruebe una nueva bajada de los tipos de interés, ahora en el 1,25%, para estimular el crédito y que la economía arranque. Draghi reconoció ayer en una intervención en la Eurocámara que no hay riesgos inflacionistas, lo que podría abrir la puerta a esa nueva bajada. También se ha especulado con la posibilidad de que abra nuevas líneas de liquidez para la banca antes las dificultades que tienen para financiarse.
El optimismo que inundó ayer los mercados permitió también aliviar la presión sobre otros países que, en las últimas semanas, empiezan a levantar suspicacias, como Francia. Tras una emisión de deuda más que satisfactoria –con bajada de intereses incluida–, la prima de riesgo gala bajó hasta los 93 puntos básicos, después de haber llegado a superar los 200. La italiana –447 puntos básicos, 27 menos que en la sesión previa– y la belga –257 puntos básicos, 16 menos que el miércoles–, también se relajaron.
Las bolsas, a la baja ayer
Las que no se contagiaron de la oleada de optimismo fueron las bolsas, que cerraron la jornada con pérdidas generalizadas. El Ibex 35 cedió un 0,34%, pese a lo cual, ha recuperado un 1,33% desde el pasado 18 de noviembre. En Europa, Fráncfort bajó el 0,87%; París, el 0,78%; el índice Euro Stoxx 50, el 0,71%; Londres, el 0,29%, y Milán, el 0,16%.
Londres hurga en la herida
El último informe de estabilidad financiera del Banco de Inglaterra asigna a España más de un 30% de probabilidades de suspender pagos en un periodo de cinco años, un porcentaje ligeramente inferior al otorgado a Italia, que se acerca al 40%. La institución da por segura la quiebra griega y sitúa las opciones de Portugal en el 60%.
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