Enaltecimiento del terrorismo

OPINIÓN: Y además cobarde

La Razón
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La cobardía es consustancial al carácter totalitario porque quien no tolera al que piensa distinto, no concibe el ejercicio del poder sin la búsqueda de la aniquilación del rival político. Casi todos los tiranos aducen demencia en los juicios pues prefieren el oprobio de pasar por enajenados al afrontamiento gallardo de las consecuencias de sus actos. Pepa Medrano, jaleada ayer a la puerta del juzgado por un risible comando de agit-prop, intenta eludir pasando por ignara la condena que merece por seguir a machamartillo el ideario de una formación que antepone la razón de partido a la libertad de expresión. El comunista cree ilegítimo que escritores de derechas sean editados, leídos y homenajeados. De hecho, no concibe su mera existencia y si para borrarlos de la historia hay que ciscarse en algún derecho fundamental, hacerlo es más que lícito, es obligatorio. La imputada actuó conforme a su conciencia y militancia pero trata de evitar una pena que, en puridad, debería considerar un timbre de gloria. «Renuncié a la mamandurria en el Ayuntamiento porque me inhabilitaron por intentar silenciar a un peligroso agente fascista». En lugar de eso, llora por las esquinas contando la milonga de que ignoraba que Foxá fuese escritor.