Navarra
Rubalcaba calla ante la protesta del PP vasco por la reducción de escoltas
El consejero de Interior propone a los populares revisar caso a caso
MADRID-Oficialmente no hay respuesta del Ministerio del Interior al escrito que el PP vasco le remitió el pasado jueves con la exigencia de una revisión inmediata del plan global de reducción de escoltas en el País Vasco y Navarra. En ese crítico escrito remitido a la Secretaría de Estado de Interior, que dirige Antonio Camacho, los populares solemnizaron su rechazo a la reorganización de los servicios de seguridad dispuesta por el departamento de Rubalcaba, en concertación con la Consejería de Interior vasca. Y exigieron también una evaluación técnica de la situación de cada uno de sus cargos públicos, valorando los riesgos específicos, ya sean personales o en función del territorio en el que ejercen su actividad política.
Ahora bien, aunque no conste nada por escrito, el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, sí se ha movido de su «no» categórico a tomar en consideración lo que insistentemente le ha estado planteando en las últimas semanas el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal. Es cierto que el recorte ya se está poniendo en marcha, pero también es cierto que el pasado viernes, Ares se dirigió a su interlocutor, Oyarzábal, para comunicarle que rectificaba y aceptaba hablar sobre su propuesta de estudiar caso por caso la conveniencia de aplicar el recorte. La norma general es dejar un solo escolta, quitando el segundo y el coche. Ayer tarde no había todavía fecha para una reunión de Ares con el PP vasco en la que se abordase este asunto.
El nuevo clima político vasco, con Bildu en las instituciones y una «izquierda abertzale» crecida y que vuelve a recuperar la calle, aconseja cuanto menos que Interior se cure en salud. No es sólo el PP vasco el que se ha plantado con la advertencia de que las decisiones sobre seguridad no se pueden adoptar por criterios políticos y mucho menos económicos. También los escoltas han criticado el plan de recortes acordado por el Departamento vasco y el Ministerio del Interior, llegando incluso a exigirle una reunión a Ares.
Ellos, que son quienes mejor conocen el terreno, han denunciado que los radicales han recuperado su estrategia de presión y de amedrentamiento, «las miradas y los desafíos». «Nuestra función es garantizar que todos tengan las mismas oportunidades de hacer política en el País Vasco, y eso quiere decir que no sólo debemos evitar que ETA mate, sino que también tenemos que impedir que sus escuderos políticos limiten la acción de los concejales constitucionalistas. Vuelve el riesgo de las amenazas, e incluso de las agresiones, para amordazar la libertad», sostiene un escolta no privado, sino de la Ertzaintza, que exige anonimato. El PP vasco presentó ayer su moción para condenar los crímenes de ETA en todos los ayuntamientos.
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