Alarde de poder de Asad frente a las sanciones de la Liga Árabe

Bachar al Asad, en un alarde de poder y ante el peligro que le pudiera ocasionar la expulsión de la Liga Árabe, exigió ayer una cumbre urgente con todos los jefes de Estado y de Gobierno de este organismo para remediar la crisis y sus consecuencias negativas en la coyuntura árabe, anunció la cadena de televisión estatal. Esto sucede un día después de que la Liga Árabe suspendiese en funciones a Siria y le impusiera sanciones económicas y políticas, que se harían efectivas el miércoles salvo que en Damasco se tomen acciones contundentes para detener la violencia. Damasco acogió positivamente una visita de un comité ministerial árabe antes del miércoles para solucionarlo. La ONU calcula que 3.500 personas han muerto desde marzo por la represión a las protestas pro democracia. Siria culpa de los disturbios a terroristas y militantes islamistas apoyados desde el extranjero. Pero ya no sólo la ONU y el Observatorio de Derechos Humanos exigen a Damasco un cese de la violencia, sino que el mundo árabe ha reaccionado. La determinación con que la Liga marginó a Libia ayudó a que el Consejo de Seguridad apoyara la intervención de la OTAN que llevó a derrocar a Gadafi.