Valencia

El viaje más lento del veloz AVE

Un cúmulo de fatalidades empañó el viaje de pruebas del AVE que Renfe organizó ayer para los periodistas. El tren salió con diez minutos de retraso de la estación Joaquín Sorolla de Valencia, hubo que esperar a algún invitado que llegó tarde, y a la altura de Seseña un operario de la subcontrata Cobra desconectó por error una baliza

El AVE entra en la estación de Atocha procedente de Valencia, recorrido que hará en hora y 35 minutos
El AVE entra en la estación de Atocha procedente de Valencia, recorrido que hará en hora y 35 minutoslarazon

Esta «negligencia», tal y como la calificó Renfe, obligó a volver a poner en marcha todo el sistema de señalización para que no se produjese ningún fallo de seguridad. El resultado, cuatro parones y 49 minutos de retraso.

El viaje, que debía realizarse en una hora y 50 minutos- puesto que tenía parada en Cuenca- se completó en dos horas y 38 minutos. De hecho, hasta Cuenca, todo marchó a la perfección. Este error también afectó a dos trenes más que realizaban pruebas en la línea.

Desde Renfe insistieron en que este tipo de problemas no son habituales y que hasta ahora, en los 500 viajes realizados y los 200.000 kilómetros recorridos dentro de la fase de pruebas, se han estado cumpliendo los tiempos de viaje, según aseguró el gerente de la línea Madrid- Valencia, Fernando Cañamero. La confirmación a esta afirmación se produjo en el viaje de vuelta a Valencia. El tren llegó en una hora y 48 minutos, lo previsto si se realiza parada en Cuenca.

Altas prestaciones

Así y todo, el «Pato» mostró con creces sus prestaciones. En cinco minutos alcanzó los 250 kilómetros por hora. En 18 ya cruzaba la estación de Requena y volaba a 301 kilómetros por hora. Y eso que la salida de Valencia, concretamente hasta Siete Aguas, tiene la pendiente más pronunciada de todo el trazado, por lo que le cuesta más coger velocidad. Tampoco se notó una excesiva reducción en los túneles.

A 300 kilómetros por hora el tren sigue siendo silencioso y sólo si se contempla el viaje desde la cabina del maquinista se percibe el importante incremento de velocidad que tiene con respecto a otros trenes como el Alaris.

Lo que sí se nota es algún que otro traqueteo, pero al parecer estas pequeñas molestias se irán subsanando con el tiempo.

Cañamero también destacó la gran acogida que está teniendo el AVE, y aunque todavía quedan 14.000 plazas de las 50.000 que se lanzaron para la fase promocional, confía que pasada la Navidad y reanuda la actividad laboral, el AVE alcance una ocupación cercana al 80 por ciento durante el primer trimestre de año, es lo que se denomina «velocidad de crucero».

Insistió en que el viajero de negocios supone la parte más importante de los trayectos. Estos billetes se compran con un máximo de 72 horas de antelación, por lo que difícilmente pueden acogerse a algún tipo de descuento.

Con todo, los problemas que se produjeron ayer no pasan de la anécdota y no hay nada que haga pensar que la inauguración del sábado, a la que asistirán los Reyes, no será un éxito.


En la cabina y a 301 por hora
Santiago Ortiz lleva cinco años como maquinista de trenes AVE y ayer condujo el que llevó a los periodistas de Valencia a Madrid. Acostumbrado a viajar a 300 kilómetros por hora, puede permitirse el lujo de atender, de manera excepcional, a sus viajeros, que por turnos, entran con mucha curiosidad a la cabeza del tren. «Un sistema informático te va diciendo qué velocidad tienes que coger en todo momento. El tren circula tan rápido que es difícil percibir las señales». Ortiz confía en que en un plazo de tiempo no demasiado largo, se puedan alcanzar los 330 kilómetros por hora, velocidad para los que están diseñados los vehículos de la serie 112 de estos Talgo- Bombardier. Así se podría reducir, el tiempo del viaje que, sin paradas es de una hora y 35 minutos.