Historia
El «efecto Franco»
El Gobierno sabe que si crispa socialmente con la vuelta del franquismo cavernario moviliza a la izquierda radical y antisistema que en 2004 y 2008 le permitió ganar las elecciones. Las encuestas, que dan al PSOE 13 puntos por debajo del PP, también le indican que un 11% del electorado que sí fue a votar en los comicios citados de momento prefiere quedarse en casa. ¿Qué mejor herramienta para sacarlos a la calle que agitar la memoria histórica contra un fantasma inexistente? Existe un anhelo natural de muchos españoles por encontrar y enterrar dignamente a sus familiares; y como es lógico, ese deseo está apoyado por una ley. Por eso no hay necesidad de hacernos creer que el franquismo está presente en nuestras vidas, pues afortunadamente no es verdad. La gran preocupación de la mayor parte de españoles no es si se resuelve un asunto como el de las fosas, sino el paro. En ese río el Gobierno no rasca un voto y por eso saca a pasear a Franco. Ahora la memoria histórica defiende la necesidad de demoler la cruz del Valle de los Caídos. ¿Por qué mezclan religión con fascismo? Pues para pescar en río revuelto porque en aguas claras se vuelven de vacío.
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