Insostenible

Jordi Ramentol, presidente de la patronal Farmaindustria dijo que el Plan Sectorial supondría la creación de una plataforma de diálogo permanente entre la Industria, Gobierno y comunidades autónomas. Fue al poco de tomar posesión en sustitución de Jesús Acebillo. Se trataba de establecer un «faro, guía, un marco, en definitiva». Las cosas han evolucionado de tal manera que ya podemos asegurar que la prestación farmacéutica no es la misma en todas las regiones. Una clara vulneración de los derechos legítimos de los ciudadanos. Estas cuestiones ponen en peligro la sostenibilidad y cohesión de la prestación farmacéutica. Porque hay que entender que financiación, precio y registro son asuntos de Estado. Sabemos que la sostenibilidad económica del Sistema Nacional de Salud sigue precaria y no conviene olvidar aquella frase demoledora del Sr. Acebillo cuando dejó el cargo y dijo que «los laboratorios vendemos, no nos pagan y encima nos piden descuentos». Entonces se analizaba la quiebra del sector y hoy resuenan en todos los oídos inteligentes de la industria aquellas palabras antes de iniciarse este 2011, cuando la ministra Leire Pajín en su primera comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso dijo que la prestación farmacéutica era muy importante para su Ministerio, luego agradeció el esfuerzo de la Oficina de Farmacia por lo que significaba reducir costes y recortar beneficios sin menoscabo de la calidad. Lo que ella no sabía es que su homóloga de Hacienda, Elena Salgado, todo lo que aprendió en Sanidad le ha servido para utilizar las tijeras con alevosía. Así que una industria generadora de empleos y tan curativa como rehabilitadora no goza de los cuidados de este Gobierno. Y así es insostenible.