Anne Igartiburu
A las 10 en casa por Alfredo Menéndez
Es como si fuera un campamento urbano de estos que organizan los ayuntamientos en julio o agosto y en los que tienes a los niños todo el día haciendo nudos y manualidades, pero en los que luego van a dormir a casa. Y vuelta al día siguiente. Acampada con hora límite, como si fuera con parquímetro, como Cenicienta, porque cuando den las campanadas de las 10 de la noche en el reloj de la Real Casa de Correos todos los concentrados sabrán que tienen que hacer como el Nesquik en la leche caliente: disolverse sin grumitos. Y como quiera que no es Nochevieja, ni caerá la bola, ni habrá repiqueteo, ni estará Anne Igartiburu, los que tengan ganas de seguir celebrando el aniversario deberán volver al día siguiente. Son las reglas que ha puesto la Delegación del Gobierno para este fin de semana de aniversario en la Puerta del Sol: el 15-M pedía 96 horas ininterrupidas de concentración «non stop» y Cristina Cifuentes autoriza 35 intermitentes –ahora me concentro, ahora no– sin posibilidad de instalar tiendas de campaña ni nada parecido. Con la décima campanada los «indignados» no se convertirán en calabaza, pero con la décima campanada la Policía sí se puede convertir en disolvente porque tiene la orden simple de no autorizar acampadas. Es el primer 15-M para Cifuentes, y será sin duda la mejor ocasión para comprobar los cambios en Delegación. Hace un año decía Rubalcaba que la Policía no estaba para crear problemas y un año después esperamos que esté para solucionarlos. Habrá que verlo.
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