Sevilla

Salvar el barco

La Razón
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El escenario no puede ser peor. El PSOE afronta su Convención Municipal en medio de fuertes brechas internas. Los dos mil alcaldes congregados en Sevilla saben ya que muchos de ellos no repetirán en el cargo. Dirigentes de Ferraz admiten en privado la dificultad de diseñar una campaña con la figura de Zapatero en horas muy bajas. El jarro de agua fría de José María Barreda, seguido del locuaz extremeño Fernández Vara, revela que la sucesión del secretario general, en vez de mitigarse, sigue cada día más candente.

El desafío de Tomás Gómez a la dirección federal y su encarnizado enfrentamiento con Jaime Lissavetzky. Las fisuras en el PSC, tras su derrota electoral. El escándalo de los jubilados y las ayudas otorgadas por la Junta de Andalucía. Todo ello compone un panorama desolador, pese a que los dos «halcones», José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, intentan sacar pecho. Un grupo de diputados socialistas, reunidos esta semana en un restaurante cercano al Congreso, lo definían claramente: estamos en la fase de intentar salvar el barco. Pero naufragio, hay seguro.

En sus años de todopoderoso número dos, Alfonso Guerra manejó el partido con mano de hierro. Quien se movía, no salía en la foto. Ahora, la mayoría de los «barones» no quiere ni por el forro hacérsela con Zapatero. La sombra del voto de castigo planea por el veintidós de mayo. Puede que el actual Zapatero, ojeroso, cansado, se revuelva y pida amparo al pueblo. Pero un oscuro túnel parece cerrarse, sin remedio, para el actual líder socialista.