Ginebra
Al Asad reprime a sangre y fuego las protestas del primer viernes de ramadán
El supuesto aperturismo del presidente sirio Bachar Al Asad quedó en evidencia ayer con la represión, a sangre y fuego, por parte de las Fuerzas de Seguridad a los manifestantes que tomaron las calles de Siria.
Al grito de «Bachar vete» y «Hama, estamos contigo» (por la ciudad en la que desde el domingo han fallecido más de 135 civiles), las protestas surgieron en diversos puntos del país y fueron aplastadas por el Ejército sirio causando al menos 15 víctimas. Según informa Efe, la mayoría de las muertes se produjeron en Arbin (al oeste de Damasco), donde siete personas cayeron abatidas por los disparos de los cuerpos de seguridad y los esbirros del régimen, los «shabiha».
La respuesta de la comunidad internacional al multipartidismo anunciado el jueves no fue la esperada por el presidente sirio, quien en la madrugada de ayer escuchó a Hillary Clinton, jefa de la diplomacia de EE UU, reiterar que Asad había perdido su legitimidad, además de acusar al Gobierno de ser «el responsable de la muerte de más de 2.000 personas de todas las edades». También ayer, desde Ginebra, la ONU denunció torturas, desapariciones y un uso excesivo de la fuerza. Utilizar indiscriminadamente «artillería pesada contra manifestantes no se puede justificar», indicó el relator especial sobre ejecuciones Christof Heyns. Y es que «a ningún Estado se le permite usar su fuerza militar contra una población civil desarmada».
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