Ginebra

La ONU condena la represión siria con los votos en contra de Rusia y China

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó hoy la represión del régimen sirio de las manifestaciones de la oposición y aprobó el envío urgente a Siria de una comisión independiente que investigue posibles crímenes contra la humanidad.

El Consejo, reunido durante dos días con carácter extraordinario, aprobó la resolución presentada por Polonia en nombre la Unión Europea (UE) y con el respaldo de Estados Unidos, con 33 votos a favor, 4 en contra -Rusia, China, Cuba y Ecuador- y 8 abstenciones.

Las abstenciones fueron de Bangladesh, Camerún, Yibuti, India, Malasia, Mauritania, Filipinas y Uganda, mientras que las cuatro naciones árabes representadas en el Consejo -Jordania, Kuwait, Qatar y Arabia Saudí- decidieron respaldar el texto de resolución.

La UE y EEUU destacaron públicamente el amplio respaldo recibido por la resolución, que busca incrementar la presión sobre el régimen de Bacher al Asad, aunque fuentes diplomáticas a Efe expresaron a Efe cierta decepción por el contundente rechazo de Rusia y China, países que disponen de derecho a veto en el Consejo de Seguridad.

Antes de la votación, las delegaciones rusa y china expresaron de manera conjunta su rechazo a la resolución por considerar que tiene "fines destructivos y busca desestabilizar la situación en siria".

Rusos y chinos instaron al Consejo de Derechos Humanos a recordar la importancia del respeto a la Carta de Naciones Unidas en lo que se refiere a las normas internacionales, el respeto a la soberanía de las naciones, su independencia y su integridad territorial.

"Hay que hacer todo lo posible por entablar un diálogo en Siria con participación de todas las partes", dijo el representante chino, que pidió al Consejo que hiciera gala "de una actitud objetiva y se basara en una información correcta para tomar su decisión".

Las delegaciones de ambos países declararon el lunes, en la primera jornada de esta reunión especial del Consejo, que no se puede culpar solo al Gobierno de Damasco de la violencia y hoy subrayaron que con esta condena dirigida únicamente al régimen "solo complicará la situación y afectar a la resolución del conflicto".

El embajador de Siria ante la sede de la ONU en Ginebra, Faisal al-Hamwi, manifestó por su parte que la resolución es un texto "político y desequilibrado al cien por cien"y consideró que "envía un mensaje erróneo sobre el deterioro de la situación en mi país".

"Los autores de este proyecto de resolución se han negado a responder a las numerosas tentativas para modificarlo para que fuera más equilibrado y responda al espíritu del Consejo", dijo.

El texto es "el reflejo de una clara voluntad de intervenir políticamente en un país independiente y soberano", denunció el embajador sirio, que expresó la disposición de su Gobierno de recibir a la misión independiente que propone la resolución para investigar presuntos crímenes contra la humanidad.

No obstante, Al-Hamwi matizó que la visita de esa misión, con la que la ONU quiere investigar lo ocurrido desde el pasado mes de julio, podrá realizar su trabajo una vez que el Gobierno sirio complete las reformas aprobadas para democratizar el país.

En este sentido, la enviada estadounidense, Eileen Chamberlain Donahoe, declaró a los medios tras el Consejo que "las acciones hablan más que las palabras"y que hasta la fecha Damasco "no nos ha ofrecido las bases para confiar en las palabras dichas".

"Tenemos pruebas de que ayer (lunes) los trabajadores de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU que viajaron a Damasco fueron recibidos con vítores por la multitud. Cuando se marcharon, las fuerzas de seguridad abrieron fuego", aseguró Donahoe.

"Las promesas no significan mucho cuando tienes a las fuerzas de seguridad disparando contra la multitud", agregó la diplomática estadounidense, que consideró que "la posición pública del Gobierno de Siria todavía no quiere reconocer la realidad sobre el terreno y las atrocidades que se siguen cometiendo a fecha de hoy".

Donahoe restó importancia al voto en contra de Rusia y China, al considerar que "existe un creciente consenso en la comunidad internacional que apunta a que el régimen de El Asad ha perdido su legitimidad y a que El Asad debería abandonar el poder".