Caso Bretón
«Caso Ussía»: La jornada de los arrepentimientos
El juicio por el asesinato de Álvaro Ussía llegó ayer al final y dio un vuelco. La fiscal del caso rebajó la pena para dos de los porteros que estaban esa noche en la discoteca madrileña «Balcón de Rosales», porque considera que su acción no fue la responsable de que Ussía muriera
Ahora pide para ellos cinco años, que podrían reducirse a dos y medio, porque esos dos porteros se limitaron a impedir que la gente se acercara para ayudar a Ussía, y eso únicamente es considerado como una «conducta de complicidad», pero no participaron en el crimen. Además, resaltó que fue «dudoso» que le dieran patadas ya que los hematomas que tenía la víctima en los costados no sólo eran compatibles con esas patadas sino también con los propios golpes que le propinó Antonio Sánchez, «Pitoño», procesado número uno.
«Me considero inocente, siento y lamento mucho el fallecimiento de Álvaro», relató Sánchez en su turno de última palabra, y añadió que él solo intentó evitar una reyerta entre la víctima y un grupo de gente. «Haciendo un bien estoy en esta situación, me encuentro no sé ni cómo decirles; con mi vida normal, con mi familia, pero sufriendo. Mi abogada lleva dos años y medio luchando por intentar aclarar las cosas y no nos ayuda nadie», añadió.
A pesar de sus declaraciones, la fiscal, tras las comparecencias de las 12 sesiones, decidió mantener los 15 años de cárcel porque consideró probado que «se tiró a plomo» sobre Ussía, aunque «no tenía intención de matar, pero sabía que podía ocurrir». Los otros dos porteros, David Alonso y David Sancio, corrieron mejor suerte, ya que la fiscal rebajó sus penas en su escrito de conclusiones. «He modificado este punto porque entiendo que ha quedado probado que hay una desproporción muy grande entre la violencia que pudo ejercer «Pitoño» y la intervención de las otras dos personas», dijo la fiscal.
Por su parte, la acusación particular se mantuvo firme en su petición de quince años de prisión para el principal procesado por homicidio con agravante de superioridad, y entre diez y trece años para Alonso y Sancio, a los que sigue considerando cooperadores necesarios del primero. Mientras, la acusación popular calificó los hechos como un homicidio imprudente y solicitó una pena de cuatro años de cárcel para Sánchez y de once meses para los otros dos como cómplices.
La abogada de Sánchez, Miriam Vergara, mantuvo la inocencia de su cliente, pidiendo su libre absolución y, como alternativa, el que sea considerado autor de un delito de homicidio imprudente con resultado de muerte para lo que pide un año de cárcel (la pena mínima para este tipo de delito, que abarca de uno a cuatro años). Los letrados «ponen la mano en el fuego» por sus clientes y las as defensas de David Sancio y David Alonso mantuvieron durante todas las vistas la no culpabilidad de sus clientes.
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