Lexington

Romney carga contra la política exterior de Obama

El republicano promete armar a la oposición siria para luchar contra Asad

El candidato republicano, Mitt Romney, antes de su discurso
El candidato republicano, Mitt Romney, antes de su discursolarazon

NUEVA YORK- Relanzado por su buena intervención en el debate, el candidato republicano, Mitt Romney, cargó ayer contra la política exterior del presidente Barack Obama. De forma cuidadosa, escogió el Instituto Militar de Virginia en Lexington, donde están enterrados el general Robert E. Lee y el general Stonewall Jackson. Romney quiso con su intervención potenciar sus credenciales en política exterior en las últimas semanas antes de las elecciones. El republicano acusó a Obama de llevar a cabo un «liderazgo pasivo» en Oriente Medio en relación al ataque al consulado de Bengasi (Libia), donde perdió la vida el enviado de Washington, Christopher Stevens, junto con otros tres ciudadanos estadounidenses. «La esperanza no es una estrategia», criticó Romney, en clara alusión al famoso mensaje de campaña de Obama de 2008. «Los ataques contra EE UU no deberían ser vistos como aleatorios. Son expresiones de algo más grande que tiene lugar a lo largo de Oriente Medio, una región que ahora está en el periodo más profundo de agitación de todo el siglo», explicó en un discurso en el que se echaron de menos soluciones para la región.

«Quiero dejar claro que la culpa del asesinato de nuestra gente en Libia y los ataques a nuestras embajadas en tantos países descansa sólo sobre los que los llevaron a cabo. Nadie más. Pero es la responsabilidad de nuestro presidente utilizar la gran fuerza de EE UU para dar forma a nuestra historia. No tenemos que liderar desde detrás, dejando nuestro destino a merced de los acontecimientos. Desafortunadamente, ahí es donde nos encontramos en Oriente Medio bajo la presidencia de Obama», indicó el ex gobernador de Massachusetts.

Obama tenía una ventaja de tres puntos, con el 50% de apoyo, sobre su oponente, según un estudio de Gallup realizado entre los votantes registrados en todo el país tres días antes del debate. Mientras, en la misma encuesta, tres días después de este enfrentamiento, los resultados mostraron que ambos políticos estaban empatados con el 47% de respaldo. Las cifras de los estados indecisos revelan que Romney ganaría en Florida y Obama en Ohio.

De esta forma, consciente de sus errores, Obama se adelantó a Romney con unos nuevos anuncios en televisión en los que atacó las credenciales del republicano en política exterior. El ex portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, estratega de su campaña, reconoció que el presidente está muy decepcionado consigo mismo después de su intervención en el debate. Obama no quiere tener más resbalones. Quizá, por eso, el vicepresidente Joe Biden lleva ya varios días preparando su debate del jueves contra el candidato republicano Paul Ryan.