Bruselas
Soft o hard
Zapatero ha puesto la directa. El pacto social, tan esperado, ha llegado. Lo más difícil, las pensiones, pero al final también acuerdos en negocia- ción colectiva, políticas industriales y energía. Hoy, la tercera gran reforma de la democracia se escenifica en Moncloa, contando con apoyos suficientes en el Congreso. El éxito político del presidente es innegable. Puertas afuera, será bien visto por Bruselas y por unos mercados que han suavizado, de momento, su acoso a la deuda soberana y que contemplan satisfechos una reforma financiera que avanza de forma exponencial con Caixabank a la cabeza. Puertas adentro, el PSOE coge fuerzas de cara a municipales y autonómicas, recupera confianza y lanza un mensaje de solvencia a una sociedad maltratada por la crisis y harta de la inoperancia.
Sin embargo, Zapatero es consciente de que este éxito es insuficiente para recuperar posiciones. Está demasia- do quemado. Por eso, planifica su salida. No es casualidad que algunas voces cualificadas estén, en estos días, poniendo música a la letra que escribe el presidente. Más pronto que tarde, anunciará que no se presenta a una tercera reelección y primarias, en octubre, para elegir nuevo candidato. Seguirá, por tanto, al frente del Ejecutivo y del partido. Éste es su diseño, una versión soft de su salida. Otros se inclinan por algo más hard, más expeditivo, aprovechando el cambio de escenario político. Anuncio de retirada e investidura de Pérez Rubalcaba –con apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos nada interesados en una mayoría absoluta del PP– al frente de un nuevo Gobier- no con nuevos bríos que reconcilie a los socialistas con su electorado. No habrá que esperar mucho para saber la decisión final. O soft, o hard.
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