Medidas económicas

El escándalo de la SGAE

La Razón
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Las acusaciones contra Teddy Bautista y su equipo, que se deberán sustanciar en el ámbito judicial, son un reflejo de la anomalía que representa la propia SGAE. Bautista ha dirigido la entidad como si fuera una satrapía para sus amigos, conocidos y referenciados mientras que aquellos que no forman parte de su círculo se han visto sistemáticamente excluidos. La voracidad recaudatoria del «progresista» Teddy ha llegado a extremos ridículos, pero la responsabilidad no es sólo suya sino de las administraciones que han permitido la anomalía que representa que una entidad privada cobre esos derechos de autor. Hemos visto cómo se acrecentaba el patrimonio de la institución y su recaudación no sufría mermas como consecuencia de la crisis. En este sentido, la propia retribución de su máximo dirigente producía estupor. Nunca entenderé por qué entidades privadas recaudan un dinero del contribuyente que debería ser gestionado por una agencia de titularidad pública y controlada por el Congreso. Nadie aceptaría que esto sucediera con otros tributos.