La Habana
Cuba Libre
La progresía española es profundamente monárquica. Ignoro por qué no dedican sus afanes a Kim Jong Il y su niño Kim Jong Un, hereditarios héroes de Corea del Norte. La primera vez que la ex secretaria de Estado Madeleine Albright visitó Pyongyang comentó molesta que el centro había sido despejado de coches para el paso de su caravana. Le dijeron: «No, si nunca hay tráfico». Cuba es otra monarquía soviética de los Castro, de Fidel a Raúl y de éste a la consecución del hombre comunista hambreado. Precisamente bajo la presidencia de Zapatero, la UE ha decidido apoyar a la disidencia contra los misteriosos designios del ministro Moratinos, que cuanda viaja a La Habana no ve y los papeles que lleva los pierde en el avión de Iberia. Cuba es un aburrimiento, una anti historia y el prostíbulo del mundo después de haberlo sido de EE UU. No es un régimen, es un gallinero industrial y no tiene más futuro que el de Corea del Norte. Su única ideología es la de una hazaña insólita que a muchos en nuestra juventud nos cautivó, y una ristra de apellidos que se van acabando. Cuando Cuba sea libre pasarán factura a los progres españoles que han ganado dinero financiando a «las jineteras» del Malecón. Comprendo que nuestra progresía viaje tanto a Cuba. Sicalipsis revolucionaria.
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