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Twitter la nueva burbuja por Ángel Valle

Twitter permite tener acceso a informaciones independientes que en los medios tradicionales no suelen tener cabida

La Razón
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Leía recientemente en Linkedin, en un foro llamado «Periodismo 2.0 y redes sociales», un debate sobre si se está mejor informado leyendo sólo Twitter, Facebook o Google+ que a través de los medios convencionales. La mayoría de los participantes estaba de acuerdo en que era necesario ser muy precavido con lo que se leía en internet, pues se trata de un soporte donde prima la inmediatez, la velocidad por ser el primero en contar las cosas, y el rigor a veces brilla por su ausencia. También coincidían muchos de ellos en que, la red en general, pero sobre todo Twitter, permite tener acceso a informaciones independientes que en los medios tradicionales no suele tener cabida.

Como afirmaba el periodista Javier Gotor, «lo positivo de las redes sociales es que se crea un debate individual e independiente que, en muchos casos, supera al provocado en los medios y que es una ventana de opinión que está demostrando que la sociedad se mueve a otro son diferente al que los periodistas nos movemos. Es un buen pulsómetro de la sociedad y puede llegar a movilizar al mundo no virtual».

Por su parte, el periodista del diario argentino «Clarín», Manuel Riva, asegura que «no podemos dejar de lado que mucha gente busca información en la red pero siempre termina en algún medio "conocido"para certificar si la noticia es verdadera o no. Antes estábamos sentados en un bar y llegaba alguien (fuente) y nos decía "sabes qué", frase que era la llave para abrir la puerta a la investigación que certificaría la noticia que íbamos a publicar».

Otra ventaja de las redes sociales, extensible también a las publicaciones digitales gratuitas, es que permite a internautas de determinada ideología consultar otros medios de ideas contrarias a los que, de otro modo, no accederían. En general, en internet no existe la fidelidad a los medios en la misma medida que en la prensa o la radio, ya que una misma persona puede echar un vistazo, a lo largo del día, a las ediciones on-line de los principales periódicos, independientemente de la línea editorial de cada uno de ellos.

En un sentido parecido, yo mantenía recientemente una conversación parecida con un amigo periodista y ambos coincidíamos en que, eligiendo bien a quién se sigue en las redes sociales, es posible estar más y mejor informado que a través del resto de soportes tradicionales, más rápidamente y a través de un dispositivo móvil, sea un smartphone o una tableta. Quiere esto decir que vía Twitter, por ejemplo, podemos estar al tanto la instante de lo que ocurre en cualquier rincón del planeta y, por si fuera poco, interactuar con la fuente de información, sea ésta un medio o un ciudadano.

Sin embargo, también estábamos de acuerdo en que si bien leer tuits en Twitter nos puede dar una fotografía fija de lo que sucede en el mundo, no estaremos bien informados hasta que un medio tradicional –ya sea en soporte papel, ya digital– nos ofrezca las claves y el análisis, no ya tanto de lo que sucede, sino de por qué sucede. Y eso, para bien o para mal, en 140 caracteres es muy difícil de contar.

Y es que, en ciertos momentos, da la sensación de que hemos perdido un poco el rumbo y de que otorgamos a Twitter más importancia de la que realmente tiene. Esta red sociawl, en el fondo, no sería más que un foro, un patio de vecinos, si la mayoría de los tuits no incluyesen enlaces a los medios digitales. Es decir, no es más que un escaparate que los medios utilizan para llamar la atención de los internautas hacia sus informaciones, hacia sus webs.