Hollywood
Isabel Preysler cortó el desfile de su modista por Jesús MARIÑAS
El de Tot-Hom fue un desfile con más pies que cabeza porque los zapatos eran descomunales, inapropiados y quitaban estabilidad a los modelos.
De una duración inacabable, con más de 150 trajes sobre 18 maniquíes, que exhibieron la arbitrariedad organizadora.
Mezcló playa con tarde, largos trajes ampulosos –santo y seña de la firma que tanto vistió a Bibis Samaranch– alternando con aires hippies y descarada recreación o fusilamiento de Dior y Balenciaga. Son la principal inspiración de una firma señera en Cataluña, cuna del buen vestir, que siempre se diferenció por su aire minimalista, que no es el caso de Tot-Hom. Colores de toda la gama incluso combinando el tan manido camel sobre marrones, batas de estampado floral y diseños sacados de una película de Hollywood. La verdad, no imagino a la irremplazable Bibis o Carmen Mateu de Suqué embutidas en la mayor parte de las propuestas que se vieron. «Es lo que se lleva», me dijo como justificación la directora de su tienda capitalina, vecina a la de Nelsy Chelala.
Carmen Lomana me miraba exhausta. Y eso que hemos coincidido en sesión continua de alta costura parisina. La conocí cuando reapareció Linda Evangelista para Chanel. Isabel Preysler llegó mediada la colección acompañada por Tamara. Era el mayor atractivo de la noche del Palace, donde también vi el chic inalterable de Inés Oriol, esposa del arquitecto que acaba de alquilar una buhardilla abovedada a Tamara.
Ajenas al interés que despertaban en fotógrafos y público, Isabel y su tierna niña se concentraron en lo que veían. Parecían absortas mientras Lomana no pudo más y esbozó una discreta retirada ante la mirada de Cristina de Hohenlohe y una Pilar Medina Sidonia con pelo de espantapájaro. Mientras, Laura Barbat, de St. Laurent, contaba penas ante un aniversario mortuorio. Magnífica, como la rapidez con que la directora de Tot-Hom Madrid cazó a la escapada de Lomana, que pretextó «tener mucho frío porque hay un chorro que cae directamente sobre mí». La recién lanzada «Lady hamburguesa» aseguró que «no tengo novio, tan sólo es amigo», y Preysler excusó su retraso con un «tuve que esperar a una amiga que está en mi casa». Todos conocemos sus demoras, que llegaron a marcar una época y algún récord cuando veraneaba en Marbella. Era un tiempo más feliz. Quizá retrasarse venía en el programa.
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