La estrategia de los sindicatos: tensión diaria y movilización constante

MADRID-Tienen muy claro lo que quieren: protagonismo. Y cómo lo quieren conseguir: generando tensión. Estos son los puntos clave de lo que podría definirse como la hoja de ruta de Comisiones Obreras (CC OO) –siempre de la mano de UGT– contra la reforma laboral planteada por el Gobierno de Mariano Rajoy y en la que la base de todas sus actuaciones es la movilización. Todo parte de un documento fechado el pasado 24 de febrero en el que el sindicato de Ignacio Fernández Toxo, además de valorar la manifestación del pasado 19-F, apunta la necesidad de «gobernar la estrategia de rechazo a la reforma desde el sindicalismo confederal», remarcando lo de gobernar. Es decir, quieren ser ellos y sólo ellos los que dirijan todas las acciones, criticando movimientos como el del 15-M, cuyas campañas tachan de «infantiloides».

En el texto, al que ha tenido acceso este periódico, se critica el «brutal ataque mediático impulsado por el Gobierno a las organizaciones sindicales» y anuncian la «continuidad» de la «estrategia de movilización sostenida» que, afirman, «no tiene que ser creciente», mientras alertan de que puede haber una «distorsión» con la «convocatoria sectario-nacionalista de huelga en Euskadi, Navarra y Galicia para el 29 de marzo». Por ello, consideran que hay que recordar que el objetivo es la modificación del real decreto «y no la movilización por la movilización». Entre los puntos a considerar para lograr esa continuidad, además, se habla de la pesadilla de los sindicatos: «Una Ley de Huelga con un contenido muy reaccionario» que promueve CiU y negocia con el PP.

En lo que se refiere a las propuestas de acción, además de las movilizaciones llevadas a cabo, plantean «extender la información y promover el debate» en las empresas y en la sociedad, y vincular esta campaña de desprestigio a la reforma al «conjunto de recortes que se están aplicando. Junto a esto, anuncian un «acto sindical de masas en Madrid durante el debate parlamentario», dejando en el aire la fecha del 31 de marzo. El objetivo: «mantener la tensión informativa y mediática de forma diaria y permanente» y «organizar la realización de marchas hacia Madrid desde varios puntos y con la participación de sectores diversos», que aterrizarían en la capital «el día de la celebración del gran acto». Unas acciones todas estas que extenderían «durante todo el proceso de tramitación parlamentaria»

Por último, se incluye la lógica amenaza. Si se ha producido la negociación, «podremos certificar el acuerdo», pero «de lo contrario, sería el momento de valorar la convocatoria de una Huelga General». Su última baza.