Turquía
Oro y plata
La idea que habita entre nosotros acerca de los Europeos y Mundiales responde en escasa medida a la realidad de las competiciones. Consideramos un fracaso no estar en las fases finales y no le damos ninguna importancia a obtener la clasificación para jugar ese último tramo.
Cientos de países luchan por llegar, pero pocos consiguen clasificarse. Los sub'19 son subcampeones de Europa y nos parece tan poco que los futbolistas lloraban desconsolados tras la final y se quitaban la medalla de plata, como si fuera poco. ¿Un subcampeonato nos sabe a fracaso? Jamás. Debemos reflexionar.
En esta selección, hay futbolistas que acaban de ser fichados como estrellas con dieciocho años cuando están controlados, convocados y alineados desde la sub'15. Gracias a eso, España es campeona del mundo y nos ha hecho lucir a todos la estrella en el corazón y en la camisa. Iker, Xavi, Puyol, Marchena, Villa o Torres son colegas desde los dieciséis años.
Estamos en el tiempo de Alonso, de Gasol, de Nadal, de la Selección, ganamos mundiales como quien fabrica churros y no debe analizarse con frialdad ni, mucho menos, con frivolidad. Llegar hasta aquí ha costado mucho. La sub'19 ha hecho algo grande y maravilloso. La plata merece disfrutarse y motivar para el próximo oro, pero no puede mirarse de reojo.
Al margen, se han marchado Raúl y Guti de nuestro fútbol a Alemania y Turquía, respectivamente. No hubo grandes celebraciones, pero fueron grandes futbolistas. Su limpísima marcha en silencio, impecable operación salida de diseño por parte del club, acompañada por los futbolistas, no empaña su recorrido. Reflexionemos sobre los éxitos para no morir de autocomplacencia. La plata sub'19 vale oro. Es el oro del futuro.
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