Elecciones europeas

Cara a cara

La Razón
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A las innumerables virtudes que adornan a Tomás Gómez hay que sumar una nueva: el don de la oportunidad. Casi a la vez que Artur Mas tenía que entrar en el Parlament en helicóptero como si fuera M. A. Barracus del Equipo A, Gómez proponía que había que negociar con los «indignados» en sede parlamentaria. ¡Qué ojo! Nunca dejes que la realidad te arruine un anuncio estrella. Pese a todo, nos vamos a divertir. Tener al líder de la oposición fuera de la Asamblea restaba efervescencia al debate. Y aunque no se trata de desmerecer a Maru Menéndez, Gómez es más rival para Esperanza Aguirre y despierta su lado salvaje. Saca lo mejor y lo peor de una parlamentaria que las ha visto de todos los colores y que se excita en el cuerpo a cuerpo. Gómez no es manco: pero sabe y debe hacerlo mejor. Y ayer parecía que seguíamos escuchando al candidato en lugar de al portavoz-aspirante. Por lo demás: Luis de Velasco, elegante. Gregorio Gordo, guerrillero. E Íñigo Henríquez de Luna ha conseguido que no nos vayamos a tomar café cuando interviene el del PP: tenía hasta «anuncio» al renunciar al coche oficial. UPyD ha hecho cantera. Esto acaba de empezar, pero promete.