Badajoz
«Tenía que pasar Chacón que los pitos de Badajoz le iban a sonar a música»
Los asistentes a la procesión de ayer navegaban entre las aguas del fervor y las de la indignación por el cambio del reglamento de honores. Entre los miembros de las cofradías la conversación, en tono discreto, era única: «Mira, ¿ves? No está la bandera y no llevan el fusil, son ganas de tocar las narices». Y entre el público, en tono ya más colérico, se mezclaban las críticas con los ánimos a los cadetes formados a pleno sol. Varios vecinos, apostados frente a la catedral, comentaban indignados: «¡Qué vergüenza, mira que no dejar tocar el himno a los militares!»; «¡Si se ha hecho toda la vida así, por qué no lo dejan en paz!», respondía otro. «Es que mira quién nos gobierna, ¿qué esperas?», añadía un tercero.
El último en intervenir, un hombre mayor, «con muchas procesiones a mis espaldas», se expresaba más duramente: «Ahora tenía que pasar la Chacón, que los pitos de Badajoz le iban a sonar a música celestial». Acabada la procesión, en los bares, más de lo mismo. La felicidad por su día grande no empañaba el enfado por los cambios. «Es que la gilipollez no tiene nombre, rendiremos homenaje a quien nos dé la gana y aquí no tiene que venir nadie a cambiar lo que se lleva haciendo así desde hace ni se sabe», comentaban en un local de la plaza de Zocodover. Pero en los gritos del público primaron más el homenaje y los «vivas» a los militares que las críticas a la ministra.
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