Nueva York
La trastienda del imperio
Inditex controla que sus proveedores sigan un código de conducta que vele por los empleados. «Si cumples los objetivos, te suben el sueldo», dicen sus trabajadores
MADRID- «Los que más cobran son los que más pagan en el comedor. Los que ganan menos, pueden comer de menú por menos de un euro». Son las declaraciones de uno de los empleados del grupo Inditex a LA RAZÓN. Lejos del trato que se da a a los trabajadores en otras empresas, los empleados del «imperio» de Amancio Ortega que trabajan en la sede central de Arteixo, en La Coruña, no tienen ninguna queja. Aseguran que la jornada laboral es normal, de unas ocho o nueve horas, «aunque hay rachas en las que hay que quedarse un poco más». Además, dentro de la empresa hay mucha proyección de ascender. «Si cumples los objetivos, te suben el sueldo y eso es una gran motivación», afirman. Por si fuera poco, el ambiente en la oficina «es muy bueno» y Amancio Ortega está allí como uno más. «No es el típico jefe al que nunca ves». Un curioso detalle que tiene Inditex con los trabajadores, es que les lava el coche «porque da buena imagen».
Pero este grupo empresarial no se limita a mantener las buenas condiciones de trabajo de sus empleados en España. También se preocupa de que sus proveedores lleven a cabo un Código de Conducta para Fabricantes y Talleres Externos que tienen que aceptar obligatoriamente si quieren establecer relaciones comerciales con Inditex. Entre las clásulas –publicadas en su página web–, están la prohibición absoluta del trabajo infantil o los salarios inapropiados. Los posibles proveedrores deberán seguir esas pautas y cumplir los estándares de seguridad, salubridad e impacto medioambiental. Por su parte, la empresa de Ortega se encargará de controlar de que todos estos requisitos se llevan a cabo o no se producirá el acuerdo. De hecho, en 2011 Inditex reforzó ese control, lo que les hizo rechazar a 92 fabricantes, de los cuales 61 eran asiáticos y 20 europeos.
Imparable crecimiento
Aunque sus establecimientos están presentes en todo el mundo, las tiendas de Inditex no son bien recibidas por otras firmas, especialmente las de lujo. Consideran las prendas de Zara como «low cost», que no tienen categoría suficiente para estar en las calles de las boutiques más importantes y que, además, les plagian los diseños y les quitan clientes. Pero hay pocas cosas que Amancio Ortega no pueda conseguir: hace dos meses adquirió el edificio donde está la tienda Zara en la esquina de las calles Oxford y New Bond en Londres, una de las zonas comerciales de referencia; en marzo, abrió su tienda más grande en Estados Unidos, en la lujosa Quinta Avenida de Nueva York; a finales del 2011 y tras varios meses de espera por una primera negativa por parte de la Comisión Nacional francesa de emplazamiento comercial, Zara está presente en los Campos Elíseos de París.
El búnker de Arteixo
Es en la sede central de esta localidad coruñesa donde se teje toda la estrategia de Inditex, de la que poco trasciende. Los 90.000 metros cuadrados actuales se van a ver ampliados en 70.000 más, que servirán para desarrollar el espacio de los equipos comerciales, creativos y de diseño de Zara y Zara Home. Con esta plataforma adyacente se crearán 400 nuevos empleos.
En todos los armarios
Es raro encontrar a alguien que no lleve algo del grupo Inditex, ya sea una chaqueta, unos vaqueros o un bolso. Sus actuales diseños, su calidad y sus precios asequibles han hecho que hasta los «gurús» de la moda apuesten por esta firma. Aconsejan mezclar las prendas de Zara con otras más lujosas para conseguir un «look» perfecto. Tal y como se puede ver en la imagen, la Reina hace algunas de sus compras en Zara. Por su parte, la Princesa de Asturias también ha lucido en varias ocasiones diseños de esta firma.
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