Nadal se olvida del azul

MADRID- Rafa Nadal llegó a finales de la semana pasada a la Caja Mágica y descubrió que la tierra azul tenía «dos problemas y medio». «Las vallas publicitarias son más bajas de lo normal, la pelota se confunde con las luces del fondo, la pista resbala más de la cuenta y tiene más botes irregulares que de costumbre». Sean dos y medio, cuatro o media docena, los entrenamientos han obligado a Rafa a olvidarse de la tierra batida azul y a centrarse en su tenis. «Estoy en un proceso de adaptación a la altitud y con la máxima ilusión para competir con la preparación adecuada. La pista azul es una innovación y toda innovación tiene sus riesgos. La pista es la que es y nos tendremos que adaptar a ella», comentó ayer después de su última sesión de entrenamiento/aclimatación.

Su adaptación se prolongará hasta el miércoles. En segunda ronda aparece Davydenko. El ruso de 31 años se deshizo ayer de Ivo Karlovic, un rival al que Rafa no tenía ninguna gana de ver. Ya lo había avisado: «La pista favorece a jugadores con el servicio muy rápido». Precisamente el primer rival de Rafa ha sido de los más claros en su análisis de las pistas: «El problema es que el bote en las pistas de dentro y de fuera es completamente distinto. El color no es un problema, no lo sentimos como algo peligroso. Los calcetines salen azules y no rojos, pero está claro que hay que preparar las pistas mejor antes. Si se hace así podemos jugar y divertirnos jugando al tenis, pero da igual el color».

A Ion Tiriac, el propietario del torneo que se pasea por la Caja Mágica con su aire de personaje de una película de Guy Ritchie, las críticas le importan poco: «Tenemos el mejor torneo de Europa. Fuimos los primeros en las modelos recogepelotas, en hacer publicidad electrónica y en 3D para el cine... Buscamos mejorar cada año y nadie ha dado saltos tan grandes en un período tan corto». Por si la palabra de Tiriac no fuera suficiente, los organizadores apelan a un estudio de Instituto Tecnológico de Color Óptica e Imagen Profesional para defender su apuesta: «El azul absorbe más la luz y se ve mejor todo lo que sucede. Para los jugadores supone una mejora del 22 por ciento y para los televidentes del 17. Esta innovación mejora lo que había». A Nadal no le queda más que acostumbrarse.