Bruselas
Merkel gana la batalla de Europa
En apenas un par de horas, la canciller alemana ha impuesto al presidente francés, y por extensión al resto de Europa, su tesis de que para estabilizar el euro y ponerlo a salvo de los especuladores la solución es reformar los tratados de la Unión y dejar en paz al Banco Central Europeo. La minicumbre en Estrasburgo de Merkel y Sarkozy, con Monti de comparsa, ha puesto fin a una larga y tensa discusión sobre la emisión de eurobonos para hacer frente a la crisis de la deuda y mantener a raya a los mercados. El grado de enfrentamiento en las últimas horas había escalado a cotas peligrosas, con implicación directa del presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso.
Naturalmente, los inversores se aprovecharon de esa indefinición y forzaron al máximo la prima de riesgo de las deudas soberanas, incluida la del bono alemán. Solventado, pues, el papel que debe desempeñar el BCE y rechazada toda clase de bonos, lo que Merkel y Sarkozy han puesto sobre la mesa es nada menos que una reforma profunda de los tratados europeos que articule la unión fiscal y política de la UE. Dicho de otro modo, y a falta de conocer los detalles que serán comunicados a los demás gobernantes europeos en los próximos días, el eje franco-alemán propondrá en la cumbre europea del 9 de diciembre una modificación que afecta a la propia Constitución comunitaria y, por ende, a las constituciones nacionales. Porque de lo que se trata es de que los países cedan parte de su soberanía fiscal y presupuestaria, y se sometan al control sancionador de Bruselas. No cumplir el déficit, no presentar unos Presupuestos creíbles o relajar la política financiera tendrá serias consecuencias para el país incumplidor. Esa es, grosso modo, la propuesta alemana y sobre ella girarán los debates en los próximos meses. Lo cierto es que el margen de divergencia es escaso, pues la disyuntiva es muy simple: o Europa fortalece su unidad o se rompe: ni hay término medio ni cabe seguir como hasta ahora braceando en el naufragio. Tal vez tenga razón Merkel al observar que emitir eurobonos es como bajar la fiebre sin curar la infección, porque al igualar la calidad de las deudas, sea la alemana o la griega, se oculta el foco maligno. Pero eso no quita para que el BCE tenga un papel más activo y que, como se sugería ayer en Bruselas, active un plan de choque para que los bancos europeos dispongan de préstamos a más de un año (entre dos y tres) y superen así la grave crisis de liquidez que padecen por la sequía del mercado interbancario. En todo caso, a España le conviene que Europa camine decididamente hacia una mayor integración fiscal, financiera y política, y bien se puede decir que ya ha dado ejemplo al reformar la Constitución para fijar el límite de déficit. O más Europa o fin de trayecto.
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