Crisis en el PSOE

Las «depres» de Salgado

La Razón
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Cada día que pasa, en La Moncloa se añora más a Pedro Solbes, su cachaza ante la tormenta, su tranquila quietud ante las malas noticias y su discurso imperturbable frente al adversario. Aunque ya estaba de retirada, Solbes inspiraba confianza en los Consejos de Ministros y ahora se le echa mucho en falta. Tal vez porque su sucesora, Elena Salgado, ha perdido la credibilidad y casi nadie de sus compañeros se fían ni de sus diagnósticos ni de sus iniciativas. Además, son muy comentadas sus depresiones, comprensibles hasta cierto punto por la agudización de la crisis y el deterioro de la solvencia de España. Parece ser que, en tales trances, Salgado se refugia en el jefe de gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, y su círculo más íntimo, en el que figura algún ministro. A ellos encomienda sus cuitas y les ruega encarecidamente que le den ideas. Dada la fragilidad que transmite, ya hay quien aboga por que José Blanco la sustituya sin perder más tiempo.