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OPINIÓN: «Coaching» de sucesión

La Razón
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Dicen que las empresas familiares sólo duran tres generaciones. Las inicia un emprendedor, las desarrollan sus hijos y las cierran los nietos. Para evitar estas situaciones está el «coaching» de sucesión, que tiene como objetivo ayudar a quien ha de hacerse cargo del negocio familiar.
Se identifican cuatro rasgos críticos, dentro del clima de los negocios familiares, como fundamentales para el éxito de la sucesión. En primer lugar debe existir una clara voluntad, por parte del líder saliente, de querer ceder el control, de lo contrario será imposible realizar con éxito el traspaso de poderes.
El segundo factor crítico es la naturaleza de la cultura interna de la empresa familiar, en la que se basa el negocio, ya que, para la buena marcha del mismo, será imprescindible mantener esa cultura y si se desea introducir cambios, éstos deberán hacerse de manera suave y paulatina.
En tercer lugar está la interfaz con los empleados que no son de la familia, ya que, en muchos casos, habrán conocido de niño al nuevo líder y éste tendrá que ganarse a pulso su respeto y colaboración.
Por último, hay que tener muy en cuenta para el éxito del traspaso de poderes tanto las estructuras familiares, como las influencias que, sobre el negocio, puedan existir por motivos económicos, financieros, etcétera.
El «coaching» ejecutivo puede ser una buena herramienta para ayudar al nuevo líder a reconceptualizar su papel, clarificar sus competencias, y visualizar ámbitos de aplicación, para adaptarse a las variables no económicas de motivación presentes en el contexto del negocio familiar.
Un proceso de «coaching» antes de tomar definitivamente las riendas puede ser vital para la continuidad de la empresa. Pero para que el proceso tenga éxito, el «coach» que lo realice tendrá que ser consciente de que trabaja en un entorno de negocio familiar. También debe tener muy en cuenta el protocolo de gestión interna, los valores y las expectativas culturales de la empresa y de la unidad familiar correspondiente, junto con las interrelaciones existentes entre la familia y los empleados que no pertenecen a la misma.