Sevilla

Dos encapuchados llevaron un «bulto» junto a los contenedores

Dos personas vieron al principal implicado en el crimen de Marta del Castillo con una silla de ruedas sobre las 2:00 horas del 25 de enero de 2009, según testificaron ayer en la séptima jornada del juicio al menor conocido como «El Cuco», y otra más corrobora el traslado de esta forma.

El padre de Marta, Antonio del Castillo, y el abuelo de la víctima, José Antonio Casanueva, junto a los juzgados del Prado
El padre de Marta, Antonio del Castillo, y el abuelo de la víctima, José Antonio Casanueva, junto a los juzgados del Pradolarazon

Un vecino de Carcaño y su novia coincidieron con Miguel entre las 1:30 y las 2:00 en el portal de su domicilio de León XIII. El asesino confeso de Marta les dio las buenas noches, estaba con una silla de ruedas, vestido de oscuro y se miraba a un espejo. El tercer testigo clave del caso, que regenta un bar frente al bloque de Carcaño, observó sobre las 2:00, cuando salió a tirar la basura, a dos personas, una de baja estatura y otra unos 15 centímetros más alta que empujaba la sillita, tapados con las capuchas de unas sudaderas, saliendo del portal con la silla de ruedas y un «bulto» rígido envuelto en una alfombra o manta colocado transversalmente. Al poco tiempo, según su testimonio, regresaron con la silla vacía, tras dirigirse a unos contenedores cercanos a una farmacia. Este tercer testigo no pudo apreciar dónde depositaron lo que transportaban. La zona coincide con la que Carcaño señaló cuando dijo que tiraron a Marta a la basura.

El vecino explicó lo que vio al tío de Marta, Javier Casanueva, cuando éste fue al día siguiente de la desaparición al bloque de Carcaño buscando el piso de Miguel y nadie abría en su domicilio. También explicó que esa tarde vio al principal implicado e iba vestido con ropa clara e informal. Por la noche, por contra, iba de oscuro y más arreglado.

Otros testigos certificaron que Samuel aseguró, cuando estuvo con ellos por la tarde en Montequinto, que había quedado con «El Cuco» sobre las 2:30 en la estación del Prado de San Sebastián para «desayunar», «estar por ahí» y llevarlo al bar donde trabajaba y entraba a las 7:00. La novia de Samuel, Estefanía, señaló que le acompañó a coger el autobús. Supuestamente, el menor iba a recoger a «su primo» con una bicicleta. Unos amigos de «El Cuco» explicaron que de 20:30 a 21:00 del 24 de enero estuvieron de botellón en San Pablo. El instructor sitúa el crimen sobre esa hora.

El abogado del menor, Fernando de Pablo, señaló que «hasta ahora nadie ha demostrado que («El Cuco») estuviese allí ni que empujara la silla de ruedas».