Despachos a cero por Patricia NAVARRO

La cuenta atrás aprieta este año con fuerza. Como abocados a un comienzo trepidante de la temporada. Estrangulante, raro, como la situación del país. La sombra de la bonanza. Quedan diez días para que Simón Casas presente los carteles de la Feria de Fallas a la Diputación de Valencia. Diez días. Y por lo que dice el francés no tiene nada. La negociación de los derechos de imagen de los toreros, despachada por la empresa All Sport Media, mantiene la normalidad distante. El desconcierto no alumbra el camino, pero esta vez la cosa va en serio y al menos, en la cúpula de la pirámide del toreo, el consenso es absoluto. Atrás quedan las batallas libradas en solitario. Lo que se quiere repartir, es decir, lo que el Plus paga por retransmitir una feria, se respeta (al menos en los acuerdos vigentes). Pero la manera de repartir el pastel cambia. Más para los de luces, menos para la gestión que hasta ahora manejaba a su albedrío el honorario del torero por dejarse televisar. Los tiempos cambian.

El torero demanda ser dueño de su imagen, y del precio de su imagen. Mientras, Simón por Fallas, la primera; y la Feria de San Isidro de Madrid al fondo hacen sus cábalas. Faltan datos reales, porcentaje de lo acordado, para centrar el pulso. A la espera, en el inicio de campaña, la polémica acecha a los despachos que a cero dicen estar.