Nairobi

Interlife: trasplantes que llevan vida a Kenia

Los expertos reunidos en el XV Encuentro A TU SALUD expusieron el proyecto que ha servido para ofrecer a los más de 6.000 enfermos de este país africano que sufren insuficiencia renal crónica una nueva vía de curación, gracias a la creación de un centro de excelencia en trasplante renal en la capital, Nairobi 

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Más allá de las grandes proezas por salvar el mundo, pequeños pero ambiciosos proyectos pueden ayudar a cambiarlo. Hace 15 meses un grupo de profesionales impulsó un sueño y lo llevó a cabo. Gracias a ello, hoy, 35 personas en Kenia gozan de una buena calidad de vida y han vuelto a nacer, ¿cómo?


En el XV Encuentro ATUSALUD, organizado por LA RAZÓN y Novartis, se expuso uno de los proyectos más ambiciosos y sensibles de la compañía: Interlife, un programa de trasplantes en el Hospital Nacional de Kenia, en la ciudad de Nairobi, supone la creación de un centro de excelencia en trasplante renal en el África Subsahariana. «Un proyecto de alto rendimiento que conjuga los intereses de los pacientes, de la sociedad y los empleados de la compañía», explica Francisco Ballester, director general de Novartis Farmacéutica.


Más de una veintena de empleados de la compañía, junto a un equipo de médicos del Hospital Clínic de Barcelona, han cambiado la vida de los enfermos con insuficiencia renal crónica en Kenia. «Al principio hacíamos las intervenciones nosotros, luego, poco a poco les íbamos dejando tomar las riendas y ahora ya operan solos, con un alto nivel de éxito. Los casos bastante complicados, nos los dejan a nosotros, pero ya asumen pacientes con alto grado de dificultad», explica Antonio Alcaraz, cirujano del centro catalán.


Sobre esta idea, «enseñar a pescar», se ha construido un programa que continuará a largo plazo y cuyo ritmo de evolución ha sorprendido a sus promotores. «Son personas ayudando a otras a nivel profesional y humano. A los pacientes se les da la oportunidad de vivir más y mejor, a los donantes, un nuevo sentido a su existencia, y a los profesionales implicados nos hace sentir muy orgullosos», cuenta Nuria Saval, médico del área de Trasplantes de Novartis.
Los costes económicos de un trasplante en Kenia siguen siendo elevados. Por ello, el equipo de Interlife está evaluando varias propuestas, como expone María Sotomayor, responsable del proyecto, «se baraja la posibilidad de los microcréditos que harían más asumibles los costes del trasplante».
 

 María Sotomayor
responsable del proyecto Interlife
«Antes los enfermos se operaban en India»
Todo empezó en mayo de 2009. Tuve la oportunidad de ir a Kenia para implementar una serie de actividades de RSC de la compañía. Mi objetivo era identificar cuáles eran las principales necesidades sanitarias del país para ver de qué forma Novartis podía contribuir. Fue entonces cuando conocí la incidencia de la insuficiencia renal crónica en este país africano, que es de 6.000 pacientes al año, de un total de 40 millones. Los afortunados consiguen llegar a diálisis y, a partir de ahí, quedan dos alternativas: seguir con este tratamiento o ir a India a trasplantarse por 20.000 euros. Gracias a la puesta en marcha de Interlife, estos pacientes tienen ahora una nueva posibilidad: someterse a un trasplante en el Hospital Nacional de Kenia a un precio mucho más asequible. La participación de los profesionales sanitarios españoles en la formación y capacitación del equipo de trasplantes del Hospital Nacional de Kenia, ha hecho posible que, tras quince meses, se hayan realizado 35 trasplantes.

 

Dr. Antonio Alcaraz
Dtor. servicio Urología, Hospital Clínic
«Debíamos enseñarles a intervenir ellos solos»
Para Interlife diseñamos un programa de formación y capacitación en el que coordiné la parte quirúrgica. Uno de mis principales temores era que, una vez allí, el proyecto no fuera sostenible en el tiempo y que el trabajo no fuera a ser continuado, por este motivo, mostré ciertas reticencias al inicio. Pero más tarde me di cuenta que se intentaba realizar un programa con miras a medio y largo plazo. Se trataba de hacer algo más que trasplantar. Todavía recuerdo la primera visita a Nairobi para ver los medios con los que contábamos. Además debíamos formar a los profesionales sanitarios para que pudieran llevar a cabo las intervenciones en equipo, como un todo, y enseñarles a intervenir ellos solos. Había que integrar muchas especialidades y, todo ello, con unos recursos muy escasos.
 

Dra. Concha Monsalve
anestesista del Hospital Clínic
«Hemos ido poco a poco haciendo las cosas y que ellos participaran»
La especialidad de Anestesiología es bastante desconocida y nos encontramos a caballo entre el médico y el cirujano. Tenemos que diseñar la preparación operatoria, completa y compleja y actuar en quirófano siguiendo el protocolo del manejo del paciente. Uno de los principales retos del proyecto fue la carencia de equipos técnicos, como los que disponemos aquí, y la falta de protocolización de cada uno de los pasos a realizar. Por este motivo, hemos llevado a cabo el método de la «tutorización»: un equipo de un hospital que va a enseñar a otro. Hemos ido poco a poco haciendo las cosas y dejando que ellos participaran, hasta que ya han conseguido poder hacerlas solos. En esto ha influido mucho la transmisión de conocimiento que como profesionales de un hospital universitario tenemos.
 

Ana Palacio
Enfermera quirúrgica, Servicio de Urología Hospital Clínic
«La familia y los amigos reúnen el dinero necesario»
Todo esto hay que enmarcarlo en Kenia, África. La imagen que tenemos de este país es idílica, pero no olvidemos que es un país en vías de desarrollo. Según la ONU ocupa el 104 lugar del mundo, mientras España está en el 20 y Noruega, el primero. Estos datos se basan en la esperanza de vida, en los niveles de educación y la renta per cápita. En un país como Kenia, donde los recursos económicos son muy limitados, la atención sanitaria se complica y, aún más, cuando hablamos de enfermedades crónicas que inhabilitan a los pacientes para trabajar y, por lo tanto, disponer de ingresos económicos. Esto hace que 6.000 pacientes y sus familias no lleguen a fin de mes. En el caso de los pacientes que requieren un trasplante, la familia y los amigos reúnen el dinero necesario, según sus posibilidades y así, entre todos, se obra el milagro.
 

Dr. Federico Oppenheimer
Dtor. Unidad Trasplante Renal, Hospital Clínic
«El reto era diseñar un sistema de trasplante coste-efectivo»
En primer lugar hay que contextualizar el problema: la insuficiencia renal crónica en Kenia no está suficientemente bien tratada y muchos pacientes fallecen sin saber que la padecen. Esencialmente la diálisis es la única vía para tratar esta enfermedad en Kenia. En los países occidentales, sólo un 30 por ciento está en lista de espera para trasplantarse, porque la diálisis permite a la mayoría de los pacientes llevar una vida normal. Sin embargo, en Kenia no. Gran parte de los pacientes son jóvenes, en un país donde la donación de órganos al morir no está culturalmente bien vista aunque sí la de vivo. En el caso de Interlife, era vital seleccionar bien a los candidatos y a sus donantes y ofrecerles el mejor tratamiento posible para ellos y sus familiares: el trasplante. De esta forma, ya no sería necesario para ellos viajar a India, gastarse 20.000 euros en la intervención y carecer de un seguimiento postrasplante. El reto principal era diseñar un sistema de trasplante coste-efectivo a la vez que formar a los profesionales médicos del hospital keniano, que sí contaban con una buena base, pero que carecían de entrenamiento. Y lo conseguimos.