Dinero para los bancos por José María Aznar Botella

Si hay algo de lo que nunca será acusado el Banco Central Europeo es de ser duro con los bancos. El último programa de liquidez a tres años es una auténtica licencia para imprimir dinero, que por suerte, redunda de momento en beneficio de todos. Las últimas subastas de deuda española e italiana han ido francamente bien, gracias a las últimas medidas del BCE, que permiten a los bancos financiarse a 3 años al 1% para luego comprar deuda pública del mismo plazo al 4% y al 5%.

En España también andamos dando dinero a los bancos aunque de forma algo más creativa, garantizando pérdidas. Así es como se ha conseguido colocar la CAM. La noticia es buena pero las malas están por llegar ya que todavía no sabemos lo que nos va a costar.

Resolver el problema de los activos tóxicos de la banca, imprescindible para restaurar el crédito en España, es seguramente la tarea más compleja que le espera al nuevo Gobierno. Se habla de bancos malos y otros esquemas, la solución no es fácil, pero si bien será difícil hacer esto sin socializar pérdidas, sí sería bueno que al menos la recuperación no fuese totalmente privada.
Es imposible pedir al nuevo gobierno que arregle el problema de la banca española sin proveer nuevo capital, pero sí que es exigible que éste no sea simplemente facilitado sino que sea invertido. El principio es simple: si el riesgo es compartido con el sector privado también lo habrá de ser el retorno.

No menos exigible es que el nuevo gobierno restaure otro simple principio, ese que habla de pagar por los servicios prestados. Resolver la dramática situación de los proveedores de administraciones públicas, no sólo es un deber moral, es absolutamente prioritario. Si bien está que se restaure el crédito en España, estaría todavía mejor que quedase alguien a quien prestar.