Moscú
Un verano de fenómenos climáticos sin precedentes
Las inundaciones, las sequías, las olas de calor extremas no son algo nuevo, como tampoco lo es el desprendimiento de icebergs. Sin embargo, los eventos que han tenido lugar en junio, julio y agosto superan récords históricos. No es ciencia ficción, aunque lo parece
El verano de 2010 ha sido una secuencia sin precedentes de fenómenos meteorológicos extremos, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Y eso que aún no ha terminado. Mientras en Pakistán y en China experimentaban semanas de devastadoras inundaciones, que han dejado miles de muertos y decenas de millones de ciudadanos afectados, en Rusia se ha sufrido uno de los veranos más cálidos que se recuerdan. En julio, los termómetros de Moscú superaron en 7,8 ºC el promedio de temperatura media. Algo impensable, ya que el récord hasta ahora estaba 5,3 grados por encima. De hecho, según el Servicio Federal Ruso de Hidrometeorología y Monitoreo Ambiental (Roshydromet), julio ha sido el mes más cálido en Moscú desde que se realizan registros meteorológicos modernos, hace ya 130 años.
Moscú, 7,8 ºC más que lo habitual
En la capital rusa el récord estaba en julio de 1920, cuando los termómetros marcaron 36,8 grados. Un calor que se sobrepasó el 26 de julio de este año, cuando se alcanzaron los 37,2. Estas temperaturas, que no sólo han batido el récord del día sino también la del mes, son características de una ola de calor de una rara intensidad y duración, tal y como describen desde la OMM. En concreto, la ola de calor en Rusia se asocia con una dorsal persistente de presión que llegó en junio. Al principio se pensó que tenía algo que ver con el Anticiclón de las Azores. Sin embargo, luego se desestimó tras la fuerte entrada de aire caliente procedente de Oriente Medio.
Más de 20 registros diarios de temperaturas se rompieron, incluyendo la temperatura máxima absoluta en Moscú. Según Roshydromet, los estudios del pasado no muestran ningún registro de temperaturas tan altas desde los siglos X y XI. Y las consecuencias no se hicieron esperar. El calor provocó incendios forestales masivos y que la exportación de cereales se viera frenada. El sofocante calor y el humo de los fuegos que han respirado los ciudadanos multiplicaron por dos la mortalidad en la capital, que pasó de 350 muertes al día a 700.
Las altas temperaturas en la ciudad del Kremlin y en la parte europea de Rusia «se deben, en gran medida, a lo que se llama un episodio de "bloqueo"en la circulación atmosférica. Éste se formó a finales de junio y duró hasta mediados de agosto», explica a este semanario la OMM.
Mientras los moscovitas sufrían una insoportable ola de calor, «en el centro de Europa, a pesar de la borrasca, se registraban temperaturas que superaban entre 2 y 3 grados la temperatura promedio. En España, en cambio, se superaba en 2 grados», asegura Antonio Mestre, jefe del Área de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Ahora bien, el mes de julio registrado en nuestro país fue, tal y como recuerda Mestre, «el segundo mes más cálido desde los años 70. La temperatura media registrada en este mes fue de 25,5 ºC, en vez del promedio habitual para julio en España que está en 23,4 grados. Es decir, 2,1 grados más. Pero no supera el calor sufrido en julio de 2006, cuando los termómetros alcanzaron de media 26 grados».
De hecho, aunque el mes de julio fue tan sofocante, agosto fue más llevadero en comparación con otros años, salvo por la ola de calor registrada a finales de mes (que comenzó el 27 de agosto). Así que a la espera de que el lunes se hagan públicos los resultados de temperaturas registradas el pasado mes, todo apunta a que se de-sinfle aquello de que vaya a ser el verano más caluroso. «No creo que el mes de agosto sea de los más cálidos y es bastante difícil que supere el calor sufrido en junio y agosto de 2003», prevé Mestre. «En agosto de 2003 la temperatura media superó los 27 grados. Este año estamos lejos de esa temperatura, ahora bien el promedio habitual, que es de 23,4 grados en agosto, se superará», añade.
Y es que aquí lorenzo siempre hace de las suyas. Una vez más. Es verano. Lo que no quita a que cada vez haya más días cálidos y menos noches frías, tal y como concluye el estudio publicado por la Universidad de Salamanca en la revista «Climatic Change» y que recogía esta semana la plataforma científica SINC. Para el estudio, se analizaron las temperaturas extremas registradas entre 1950 y 2006. «Se está incrementado el número de días que la temperatura supera un percentil. Si lo habitual en la zona sur y este de la Península es que se superara en diez días, ahora es en 13. El número de días cálidos aumenta en España más que en el resto del planeta. Las noches frías, en cambio, disminuyen, pero de forma paralela a lo que sucede a nivel global; es decir, una o dos noches menos al año», explica la coordinadora del estudio, Concepción Rodríguez Puebla, del Departamento de Física General y Atmósfera de la Universidad de Salamanca.
«Estos cambios de tendencia –prosigue– se han registrado sobre todo a partir de finales de los años 70. Así, los años en los que se han detectado los días más cálidos fueron en el verano de 2003, 2006, 2002, 2009 y 1994. Mientras que los noches menos frías han se han registrado en el invierno de 2007, 2008, 1998, 1975 y 1950». En cuanto a si irá a más, la científica afirma que «es lo más probable, pero no puedo asegurar nada».
¿Tiene alguna relación la ola de calor en Rusia con las altas temperaturas registradas en España en julio? En cierta medida sí. «El patrón de las condiciones atmosféricas que se creó sobre Rusia fue extremadamente estacionario. Es posible que haya un efecto dominó en países como España, pero en este momento no lo podemos decir con certeza», afirman desde la OMM.
Similar opinión tiene Mestre. «De algún modo está relacionado. España ha vivido una situación de anticiclón, mientras que Rusia se ha visto afectada por otro anticiclón. Hay cierta conexión porque proceden de una anomalía atmosférica».
Inundaciones
Mientras, en Pakistán, las inundaciones provocadas por la actividad del monzón han dejado más de 1.600 muertos y al menos seis millones de personas desplazadas. Las lluvias caídas han anegando unos 130.000 kilómetros cuadrados de superficie, un área equivalente al tamaño de Nicaragua. En concreto, según el Departamento Meteorológico de Pakistán, llegaron a caer hasta 300 milímetros de agua en tan sólo 36 horas. En el norte del país, el río Indo, por ejemplo, alcanzó los niveles de agua más alto de los últimos 110 años. La intensidad de las lluvias registradas también afectaron a zonas del centro y el sur de Pakistán, dejando en total entre 40 y 17 millones de ciudadanos afectados, según qué fuente.
Un monzón voraz como el de 1998
El país asiático no es el único del continente que ha vivido una de las peores inundaciones que se recuerdan. La potencia del monzón que ha asolado China ha dejado un gran número de cadáveres y personas desaparecidas. El peor incidente tuvo lugar entre el 7 y el 8 de agosto en la provincia de Gansu Zhouqu, en donde al menos 1.467 personas murieron y otras 298 permanecen desaparecidas. Y ya son más de 12 millones los ciudadanos que han perdido sus hogares debido a las recientes inundaciones. Las autoridades chinas han advertido que la potencia del monzón de este año es equiparable al que azotó al país asiático en 1998, cuando murieron 4.150 personas y más de 18 millones tuvieron que ser evacuadas.
Un iceberg del tamaño de nigeria
Si bien es cierto que decenas de miles de icebers se parten cada año de los glaciares, el registrado el pasado 5 de agosto en Groenlandia alertó a la comunidad científica. Ese día, la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) detectó cómo un iceberg de dimensiones colosales se desprendía del glaciar Petermann. Su tamaño, una superficie de más de 250 kilómetros cuadrados; es decir, el equivalente a una superficie superior al tamaño de Nigeria o la mitad que España. Se trata, por tanto, del mayor trozo de hielo que se parte y cae de un glaciar según las observaciones de los últimos 50 años.
Los fenómenos meterológicos extremos no son algo nuevo. Ahora bien, los eventos ya citados superan los mayores eventos acaecidos en estos países desde que se tienen registros. ¿Cada vez habrá más fenómenos meterológicos extremos? Éste es el interrogante que se plantea la comunidad científica. Y los científicos así lo proyectan.
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