Los italianos dan la espalda a Berlusconi en las urnas

ROMA- Italia comienza a dar signos de hartazgo frente a la «berlusconización» que el primer ministro ha impulsado en todos los sectores de la vida pública. También en las elecciones de ayer, celebradas en 1.300 municipios y 11 provincias y a las que estaban llamados a participar casi 13 millones de italianos. «Il Cavaliere» presentó los comicios como una suerte de referéndum sobre su Gobierno y su persona, se enfangó en la campaña e incluso encabezó la lista de su partido al Ayuntamiento de Milán. Y perdió.
En la capital lombarda, corazón económico de Italia y bastión del centro derecha desde hace dos décadas, Letizia Moratti, la candidata de su formación, el Pueblo de la Libertad (PDL), se vio superada con creces por su rival. El izquierdista Giuliano Pisapia desmintió a los sondeos y le aventajó en siete puntos, aunque no logró alcanzar la mayoría suficiente para evitar la segunda vuelta. Ahora Moratti y Pisapia se volverán a ver las caras en las urnas el 29 y 30 de mayo próximos. Las alianzas con formaciones centristas se antojan decisivas.
En Nápoles, otra de las ciudades importantes en juego, también habrá que esperar al segundo turno para saber quién es el vencedor. En este caso se trata sólo de un aplazamiento, pues es muy improbable que el ex juez Luigi De Magistris, eurodiputado y miembro del partido Italia de los Valores, no consiga hacerse con la alcaldía napolitana en el momento en que los electores de izquierdas tengan que elegir un solo nombre.
Igual de mal le fue al PDL en las otras dos ciudades más pobladas donde se votaba, Turín y Bolonia. En la capital piamontesa el candidato del Partido Democrático aventajó en 30 puntos al del centro derecha y logró la elección inmediata. En Bolonia, otro feudo tradicional de la izquierda, la historia fue similar. La única gran alcaldía en juego que, según los sondeos, se decidiría en la primera vuelta es la de Turín, donde la izquierda obtendría un 53,5% de los votos.
Estos resultados hacen que la oposición a Berlusconi se muestre exultante, mientras el Gobierno mira con inquietud su futuro.

El precio de una calumnia
La campaña electoral ha sido hosca en la capital lombarda. La alcaldesa y candidata del Pueblo de la Libertad (PDL) Letizia Moratti, ha dicho que su rival, el ex comunista Giuliano Pisapia, había formado parte de grupos terroristas de izquierdas que aterrorizaron a la sociedad italiana durante los «años de plomo». En un debate televisivo, la edil lanzó esta acusación a Pisapia, quien se negó a estrecharle la mano y aseguró que presentaría una denuncia por esa afirmación. Según explicó, la Corte de Apelación demostró su inocencia en el robo de un automóvil que fue luego utilizado para un secuestro, como le imputaba Moratti. Esta calumnia puede haberle costado la reelección a la candidata del partido de Silvio Berlusconi.