España

«Gritaban frases soeces subidas en el altar»

Alta Gracia cuenta como vivió el asalto a la capilla

Todo se debió a un problema de ignorancia de los jóvenes
Todo se debió a un problema de ignorancia de los jóveneslarazon

MADRID- Tiene 37 años y había ido a pagar un recibo de una amiga en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, cuando decidió entrar un momento en la capilla para rezar. Lo que Alta Gracia nunca sospechó es que iba a ser testigo de la profanación del templo por parte de un grupo de jóvenes universitarios.
«En la capilla sólo estábamos una chica y yo, y en el despacho el capellán hablando con un joven; estaba arrodillada rezando cuando empecé a oír, fuera de la capilla, a gente con megáfonos, animando a la gente a cantar y gritar, en ese momento supe que era una manifestación contra la Iglesia», comenta a LA RAZÓN.
El pasado jueves 10 de marzo a la una de la tarde un grupo de jovenes irrumpía en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid profiriendo insultos contra la Iglesia y en favor del feminismo, mientras algunas de las chicas se desnudaban de cintura para arriba alrededor del altar. Una semana después la Policía detenía a cuatro de los jovenes participantes, que fueron puestos en libertad horas más tarde.
«Empezaron a entrar por parejas, eran cerca de 50 mujeres y 15 chicos, uno de los cuales grababa todo el espectáculo con una cámara de vídeo. Las chicas llevaban pañuelos morados en la cabeza y el cuerpo pintado con consignas en favor del lesbianismo y contra la Iglesia, me giré hacia ellas y me coloqué en el pasillo para frenarlas, les dije que no podían hacer algo así, pero me sobrepasaron», comenta Alta Gracia. Para esta católica la actitud de los universitarios fue bastante provocadora: «Los jovenes decían que sólo querían leer un comunicado, rodearon el altar y comenzaron a criticar a la Iglesia de homófoba y machista y leyeron frases del Papa sobre el papel de la mujer en la Iglesia. También comentaron que no debía haber iglesias en un espacio público como aquél», afirma. Pero lo más humillante se produjo «al terminar el discurso. Las chicas se quitaron el pañuelo y las camisetas, incluso algunas el sujetador, y empezaron a gritar frases soeces en el altar, entraron como beatas con el pañuelo, pero luego desnudaron toda su pobreza», sentencia.
Con una profunda tristeza comenta que «cuando se produce algo así te entra una gran impotencia, que vengan a tu propia casa para ofender de esa manera tan humillante a tus seres queridos, a lo que más quieres en la vida, es sobrecogedor».
Para Alta Gracia estos hechos no hacen otra cosa que confirmar la crisis de valores que vive la sociedad: «Todo lo que ha pasado es por culpa de la ignorancia, no saben que España es un país aconfesional y no laico. La universidad es precisamente esto, es el lugar donde se debe dar la universalidad del saber», dice. Sobre la presencia de las capillas en las facultades comenta que «es fundamental».