Crítica de cine

Jim Caviezel «No puedo hacer cine basado en mentiras»

Él no piensa como otros actores, no habla igual, tiene un discurso que defiende con pasión pero sin decir una sola locura. Católico, alto, guapo, Jim Caviezel habla en voz muy baja y con fe. Y lo que dice de la película que ahora presenta te cala hondo. Basada en el libro del periodista ya fallecido Freidoune Sahebjam, la obra revela la muerte, por lapidación, de una mujer condenada a pedradas de mentiras.

 
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–Su carrera no tiene nada de acomodaticia. Al contrario: pienso en «La Pasión de Cristo» y en el filme que ahora presenta y me pregunto hasta qué extremo sus propias convicciones la han marcado.
–Tengo un lema: cuando las cosas se ponen difíciles no es el momento para abandonar. Si veo que te estás muriendo, no puedo temer verte morir, porque para ti resulta más complicada esa realidad, debo ayudarte para que no suceda. Se trata de una idea que beneficia a la sociedad en su conjunto, independientemente de la fe que profeses, has de ser consecuente contigo mismo.

–Pero usted cree, cree mucho...

–Durante el rodaje de «La Pasión...» pasé por problemas físicos graves; por culpa de un rayo tuvieron que operarme del corazón, pero me resulta más doloroso abandonar o que te abandonen los amigos por tus creencias. Yo olvido, perdono y sigo adelante en mi pretensión de amar, de cambiar el mundo.

–Dicen que estas dos películas suyas resultan demasiado crudas, descarnadas... Pero la violencia que encierran no tiene nada que ver con la que observamos en Scorsese o Tarantino, por ejemplo.

–Exacto. «La verdad...» cuenta hechos verídicos, la vida de una mujer que asesinaron. Imagínate que se rodase una cinta sobre el Holocausto, con la cantidad de gente que ahora lo niega, sin mostrar lo que pasó en Auschwitcz; piensa en «Salvar al soldado Ryan» sin esa primera hora, que no la viésemos y, de pronto, el espectador se ve metido en la guerra sin más explicaciones. No reflejaría la verdad.

–Algo no es menos cierto: que las mujeres siempre salimos peor paradas que ellos en esas sociedades opresoras.

–Alguien asegura que dos más dos son 5; otro le pregunta, ¿pero qué hablas?, y esa persona vuelve a insistir en que así es... Eso sucede, se acepta cuando quien ha llegado a dicha conclusión errónea lo tiene todo a su favor. Pasa en la película de la que hablamos: los hombres acusan a la joven y no deben probar nada a pesar de que se trate de una barbaridad lo que aseguran, es Soraya la que ha de mostrar su inocencia, la injusticia, y de haberlo conseguido, a esos tipos lo les habría sucedido absolutamente nada...

–Se piensa bastante antes de elegir un papel, aunque sea tran breve como el que tiene aquí...

–Un actor ha de hacer elecciones responsables. Y fíjate, ya veremos cómo trata la historia dentro de 50 años «La pasión...», que tanta controversia desató hace seis años. Nunca fue adorada por la gran industria, el 80% no quería ni verla... Y no ganó ni un solo premio, ni un Oscar, y tampoco fui nominado, aunque no me dedico a esto para ganar galardones, lo único que te falicitan son luego mejores papeles. Pero dentro de medio siglo, repito, mirarás dónde quedaron las cintas candidatas y ganadoras de esa ceremonia y quién las recuerda.

–Durante la rueda de prensa comentó que no quería hablar de religión y política «porque en seguida te etiquetan». ¿Qué quería decir exactamente?

–Mientras promocionaba «La delgada línea roja» era todavía un actor inexperto en cuanto a tratar con la Prensa... En el fondo, no quieren saber la verdad. A Nick Nolte le comentaron si era verdad que conoció a su esposa en un circo y el respondió que desde luego, que él lo había confesado aunque era mentira, «pero sé que frases como esa os ayudan a vender periódicos»...

–Vaya, lo siento, tiene usted muy mala impresión de nosotros...

–Del que escribió este libro, no, porque pudo elegir un camino más fácil y no se lo pensó. Estuvo dispuesto a sacrificarse. Fue noble, valiente. Dio 30 años de su existencia, el tiempo que permaneció oculto porque lo querían sacrificar después de que apareciera la novela. Y le comentamos: mira, tenemos dinero, haremos tu película, pero aquella noticia produjo un efecto contrario. Porque todo volvió a empezar. Murió 48 horas antes de que la viese.

–Todo suena injusto y triste...

–Bueno, yo no puedo hacer películas sobre mentiras.


Maldita indiferencia
Dos películas, y dos polémicas. Ambas poseen escenas realistas y cruentas. Caviezel habla: «Nada hay gratuito en "La verdad..."(dcha.), ni "La Pasión..."(izda.) Cuando muestras la inhumanidad del hombre con el hombre nunca puedes provocar indiferencia». ¿Y por qué, entonces, continúan las lapidaciones? «Me horroriza pensar cuántas personas más morirán hasta que alguien se haga esta pregunta sobre lo que está pasando»