París

El «Tío Pepe» se va de vacaciones

El famoso neón de la Puerta de Sol volverá a su azotea a finales de otoño. Operarios lo desmontaron ayer para terminar las obras del edificio que coronaba

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MADRID- El Tío Pepe se marchó ayer de vacaciones. El célebre neón de la Puerta del Sol pasará unos meses fuera de casa, en la azotea del antigüo hotel París, hasta que finalicen las obras de reforma de este edificio. Varios operarios ataviados con arneses ayudaron a la popular botella de vino fino vestida con torera y sombrero cordobés a hacer las maletas. Letra a letra, la guitarra y el popular eslogan «sol de Andalucía embotellado» fue desapareciendo del paisaje madrileño ante la atenta mirada de muchos curiosos, testigos del desmontaje de esta publicidad que se instaló en el centro de Madrid en 1935, después de que sus propietarios abonaran una licencia de 796 pesetas.
La retirada del luminoso, presente en prácticamente todas las guías turísticas sobre la capital, no es definitiva, aseguraron fuentes del Ayuntamiento de Madrid. Su singularidad e historia salvaron al Tío Pepe en febrero de 2009 de la ordenanza de Publicidad Exterior que decretó la desaparición de muchos rótulos fluorescentes de la capital. La gran botella de la bodega González Byass será de nuevo instalada en la azotea del número 1 de la Puerta del Sol dentro de unos meses, «cerca de finales de año», aseguraron desde la empresa encargada de las obras. Los propietarios del anuncio afinaron más aún. En declaraciones a Ep marcaron la vuelta del Tío Pepe a la vida madrileña «hacia finales de otoño, previsiblemente».
Tras las obras, ya con el cartel de vuelta, el edificio albergará de nuevo un hotel y la tienda de una famosa firma informática en su planta baja. Tampoco este año se perderá en Nochevieja las campanadas más famosas de España.
En el edificio que corona el luminoso, de más de 6.000 metros cuadrados y catalogado con nivel 1 de protección, se está modernizando su habitabilidad y su seguridad. Además, a través de un plan de rehabilitación aprobado por el Consistorio de la capital, se están recuperando algunos elementos arquitectónicos que el inmueble fue perdiendo en las sucesivas obras que se le han realizado. Mientras tanto, millones de turistas deberán conformarse este verano con marcharse de Madrid sin la tradicional foto de la flamenca botella del sombrero rojo.