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«Es tan padre estar tan cerca de Benedicto XVI»
Guanajato (México)- El corazón de la Iglesia católica latió ayer en Guanajuato, una pequeña y hermosa ciudad situada en el centro de México. Miles de ciudadanos de todo el país vitorearon por sus calles a Benedicto XVI e hicieron que sintiera la enorme calidez y fervor de los mexicanos hacia el papado. El Pontífice, que mantuvo una entrevista privada con el presidente de la nación, Felipe Calderón, en la sede del Gobierno estatal de Guanajuato, dedicó desde el balcón de la terraza de este edificio un cariñoso saludo a los niños y adultos que le esperaban desde hacía más de doce horas.
«Le recibimos en el aeropuerto cuando llegó de Roma y ahora hemos venido a Guanajuato para poder verle. Es tan padre poder estar tan cerca del Santo Padre», decía emocionada Zeidi, de 19 años, estudiante de la Universidad Panamericana de Guadalajara que viajó a Guanajuato junto a otras 60 compañeras. A su lado, Vanesa, que no podía contener la emoción por ver al Papa, explicaba alguno de los eslóganes que habían preparado para el Pontífice: «Además de ‘‘Benedicto, hermano, ya eres mexicano'', marcaremos con los brazos la ‘‘x'', la ‘‘v'' y la ‘‘i'', las tres cifras en latín que acompañan al nombre del Santo Padre». Para aprovechar las largas horas de espera, estas jóvenes llevaban los textos de Benedicto XVI referentes a los jóvenes para leerlos y debatir sobre ellos. Cuando saben que el periodista ha viajado en el vuelo papal, las estudiantes aseguran que estudiarán periodismo para poder vivir también esta experiencia. «Dígale por favor que le queremos muchísimo y que rezamos tantísimo por él», decía Andrea, quien había perdido la voz de tanto jalear al obispo de Roma.
Frente al Teatro Juárez, en el centro colonial de esta ciudad cuyos edificios están pintados de vivos colores, Magdalena Vallejo y su familia, venida desde la localidad de Celaya, llevaba desde las seis de la mañana esperando a que pasase el papamóvil. «Para nosotros es algo inolvidable. Benedicto XVI se va a quedar impresionado de ver la belleza de Guanajuato y el cariño que sentimos los mexicanos hacia él».
Al ritmo de «Cielito lindo»
Por las estrechas calles de la ciudad podía escucharse la música de una tuna, que entonaba canciones tradicionales como «Cielito lindo» para ir calentando el ambiente durante la espera. Rosa, una hermosa tuna de 19 años, explicaba que iban a estar durante el día cantando y tocando la bandurria para celebrar que el Papa había venido a verles. «Y cuando todo termine seguiremos haciendo ‘‘callejonadas'' por toda la ciudad», contaba, mientras sus compañeros, terminada la canción, animaban a la multitud gritando a pleno pulmón «¡Viva Cristo Rey!».
Entre las miles de personas que se congregaron ayer en Guanajato había un buen número de niños, llegados de todas las partes de México para recibir el saludo del Papa. Gloria, una pequeña de siete años, de tez oscura y amplia sonrisa decía con su vocecilla que, para ella, Benedicto XVI era «como su otro papá» y que verle está «muy bonito». También había multitud de estudiantes, pues Guanajuato es un importante centro universitario. «Para nosotros el Santo Padres es una referencia. Hay mucho que aprender de él. Sus textos son excelentes, se ve el gran profesor que fue antes de ser elegido Papa», contaba Luis, estudiante de Ingeniería.
El Gobierno se reúne con los eclesiásticos
Mientras el Papa se reunía con el presidente Calderón, el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, el presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, Carlos Aguiar, y otros eclesiásticos de la comitiva papal mantuvieron un encuentro con el ministro de Exteriores mexicano y otros miembros del Gobierno de este país latinoamericano. México celebrará elecciones dentro de tres meses, en las que es muy probable la vuelta del partido izquierdista PRI, que gobernó durante siete décadas.
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