Motociclismo
Un poco de suerte y mucho talento
Casi sin empezar a discutir, sus dos máximos enemigos estaban fuera de combate. A Pol Espargaró le pudieron las ganas y se estrelló cuando lideraba la carrera, mientras que, poco antes, Thomas Luthi también había dicho adiós. Dos circunstancias afortunadas para Márquez, que muy mal tenía que hacerlo para no dar un buen salto en el campeonato. Hasta aquí la suerte de Marc, ya que todo lo demás fue fruto de su talento. Empezó algo frío, quizá demasiado y después tuvo que padecer varias vueltas detrás de Scott Redding, un piloto complicado de adelantar. Tardó en pasarle y, para entonces, Iannone había acumulado más de tres segundos de ventaja. Muchos para cualquiera, pero pocos para el genio de Cervera, que se puso manos a la obra y le sobró tiempo. Alcanzó al italiano a base de vueltas rápidas y en la última curva tomó unos metros decisivos, suficientes para sumar su tercera victoria y dominar con solvencia la categoría de Moto2. Espargaró miraba muy serio desde su «box» la felicidad del rival, lamentando su precipitación: «Tenía ritmo para haber ganado ampliamente, me ha faltado paciencia con el neumático frío. Ha sido una lástima», reconocía el benjamín de los Espargaró, aparentemente, la única amenaza sólida para Márquez en la lucha por el título.
q Viñales, otra victoria. Maverick ya suma tres consecutivas y cuatro en lo que va de año en Moto3. No fue nada fácil para el catalán, ya que su moto no corría tanto como las de sus enemigos ni la carrera fue precisamente cómoda. Se trató de una prueba de cuchillos largos, para hombres, en la que Cortese estuvo varias veces rozando la ilegalidad. Más de la mitad de la misma fue en grupo, con adelantamientos a cada instante. En cuanto pestañeaba el que iba en cabeza se encontraba en cuarto o quinto lugar; una locura que Maverick minimizó subiendo el ritmo. Los candidatos al triunfo quedaron en cuatro y todo se decidió en la última «chicane». De ella, «Mack25» salió como una flecha, con Cortese, Kent y Salom buscando el podio por milésimas. «Las KTM corrían mucho y por eso estoy contento con la victoria. Había mucha gente y mucho riesgo, y por eso a mitad de carrera he decidido tomar la iniciativa y tirar delante para intentar romper el grupo», aseguraba Maverick, un chico de 17 años que encima de la moto se transforma en un experimentado piloto.
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