África

La Haya

Condena al tirano de los «diamantes de sangre»

La ONU declara culpable a Charles Taylor por crímenes de guerra. Es la primera sentencia a un ex jefe de Estado tras la II Guerra Mundial

Condena al tirano de los «diamantes de sangre»
Condena al tirano de los «diamantes de sangre»larazon

Día histórico para la justicia internacional pero también para las decenas de miles de víctimas de la guerra en Sierra Leona. El ex presidente de Liberia Charles Taylor, de 64 años, fue condenado en La Haya por crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos durante el conflicto bélico entre 1991 y 2002. El ex presidente africano, embriagado por el brillo de los diamantes, aprovechó para comerciar armas con los sanguinarios rebeldes del Frente Unido Revolucionario (RUF) a cambio de enormes piedras preciosas de las minas de Sierra Leona. Pero desde ayer, Tay-lor se ha convertido en el primer jefe de Estado que ha sido condenado por un tribunal internacional desde el juicio de Núremberg.

«Señor Taylor, el jurado le encuentra unánimamente culpable de los once cargos, incluidos el de terror, asesinato, violación y reclutamiento de niños soldados», le dijo el presidente del jurado, Richard Lussick. Taylor ni se inmutó. El 30 de mayo se anunciará la sentencia exacta, pero lo que ya es seguro es que el ex presidente cumplirá su condena en una cárcel de Reino Unido. Es el Tribunal Especial de la ONU en Sierra Leona (TESL) el que lo juzga; los procedimientos se llevan a cabo en Países Bajos; pero la pena la tiene que cumplir el condenado en un tercer país. Las organizaciones internacionales aplaudieron la decisión, pues los magistrados fueron claros: «El acusado participaba de una asistencia práctica al proveer armas, municiones, entrenamiento, apoyo moral y logístico, lo que tuvo un efecto sustancial sobre la comisión de crímenes». El juez Lussick describió alguna de estas atrocidades como las mutilaciones y violaciones que se hacían en público o el quemar viva a la gente. De hecho, se entró en detalle y las decenas de miles de víctimas que siguieron el juicio desde Freetown, la capital sierraleonesa, recordaron cómo el RUF utilizaba cabezas humanas en sus puestos de control. Jusu Jarka, a quien los rebeldes le cortaron primero su brazo izquierdo, después el derecho y le clavaron en un mango, indicó a Ap que estaba feliz: «La verdad ha salido a la luz... Taylor es totalmente responsable».

Sin embargo, el ex presidente ha estado siete meses declarándose «no culpable» de todos los cargos, argumentando que él era un hombre de Estado y un pacificador en el oeste de África. Incluso se comparó con Jesús, al decir en una entrevista que «fue condenado injustamente en su tiempo».

Curiosamente, Taylor subrayó que nunca había tenido un diamante en bruto en sus manos, mientras que «la exportación de estas piedras preciosas en Liberia era mayor a la producción en el país», sentenció la corte. Pese a que su defensa criticó su testimonio, la declaración de la top model Naomi Campbell, que juró haber recibido uno de estos diamantes durante un acto en Suráfrica, ha sido clave para la Fiscalía. Uno de los letreros que ayer se leían en Freetown era: «Devuélvenos nuestros diamantes antes de ir a la cárcel».

Una de las peores consecuencias del conflicto en Sierra Leona fue el reclutamiento de niños soldado. Unos 10.000 menores fueron «secuestrados, drogados, los educaron para matar, hasta a sus propios familiares y amigos, a sus vecinos, fueron sometidos a todo tipo de abusos como explica el propio Ismail Yeah en ‘Largo Camino'», cuenta a LA RAZÓN la representante especial de la Secretaría General para los niños en conflictos armados de la ONU, Ananda Coomaraswamy.

«Estamos muy contentos, porque hace un mes la CPI condenó al señor de la guerra de Congo, Thomas Lubanga, por reclutar a niños soldado, y con esto se da un fuerte mensaje por parte de la justicia internacional: lleva su tiempo, pero se lleva a cabo».

 

¿ASAD SERÁ EL PRÓXIMO?
Los 9.000 muertos que suma el año largo de represión por parte del régimen de Bachar al Asad no pueden quedar impunes. Parte de la comunidad internacional coincide en que la solución a la guerra en Siria pasaría por el proceso del todavía presidente Bachar al Asad en el TPI. Esas mismas voces quieren evitar que el conflicto sirio termine con una ejecución sumaria del «rais» como sí ocurrió con Gadafi. Asad resiste gracias al apoyo de Rusia y China.