Juegos Olímpicos

Londres

La liberación de Mireia

14 horas después, otra vez a la piscina Mireia Belmonte apenas pudo celebrar su plata. Al día siguiente (ayer) volvía a competir en las semifinales de los 800 libres, que superó con el cuarto mejor tiempo. Lo hizo con un bañador rosa. El suyo se lo había
14 horas después, otra vez a la piscina Mireia Belmonte apenas pudo celebrar su plata. Al día siguiente (ayer) volvía a competir en las semifinales de los 800 libres, que superó con el cuarto mejor tiempo. Lo hizo con un bañador rosa. El suyo se lo habíalarazon

Londres- Las estrellas no descansan. Mireia Belmonte ganó la medalla de plata en 200 mariposa y se tiró otra media hora en la piscina para desentumecer los músculos antes de pasar el control antidopaje. «Y después tardé media hora en llegar a la Villa Olímpica», se quejó ayer por la tardanza del transporte, pero sin amargura, porque en su cuello relucía algo plateado. Cena, masaje y a dormir a las dos de la madrugada. A las ocho se despertó y tres horas después ya estaba compitiendo en las semifinales de 800 libres. Unos días estresantes, pero, al fin y al cabo, felices porque el objetivo se ha logrado. Poco después, ya más tranquila, la nadadora catalana pudo reflexionar sobre su proeza, con el gesto alegre y algo nervioso, la medalla siempre cerca. «No me separo de ella, me da miedo perderla», desveló. Y las uñas postizas largas y pintadas. Bueno, no todas. «Es una manía que tengo, me las pinto antes de competir, aunque aquí ya he perdido una», continuó.

Ya más seria, reconoció que la plata era una liberación. Mireia Belmonte es una estrella desde niña, pero siempre tuvo que escuchar que en las grandes citas le podía la presión. «He estado trabajando todo el año con un preparador mental, para no ponerme nerviosa y conseguir centrarme en las cosas buenas. Le tengo mucho que agradecer», afirmó la española. «Estoy segura de mi potencial y nunca me hundí con las críticas. Las utilicé para tratar de mejorar», siguió. En Londres empezó mal, sufrió los primeros días, pero siguió adelante.

«Ese aspecto era una de las cosas que debía mejorar. En unos Juegos o un Mundial todos sienten presión, pero a ella le ha costado más. Trabajamos en ello y ha dado fruto. Ahora es más madura y ha logrado el objetivo que todos quieren: rendir cuando cuenta», dicen en la Federación.

Tras su éxito recibió muchas felicitaciones de grandes deportistas españoles. La de Nadal le sorprendió más que ninguna. «Me felicitó, cuando tenía que ser al revés por lo que él ha logrado dijo. Así definió Mireia su carrera: «Fui valiente y supe mantener el tipo». Ya nunca nadie podrá decir que falla en los grandes momentos. Eso sí, tendrá que cumplir su promesa y lanzarse en paracaídas.