Noruega
76 muertos 21 años de cárcel
Tras la sobrecogedora matanza en Noruega, llega ahora el momento de reflexionar sobre algunos aspectos. Desde hace siglos, los juristas se plantean cuál es el fin de las penas. Hay un sector que considera que no es otro que pagar la culpa por el delito cometido. Otros defienden que sobre todo es la reinserción del delincuente. Es el exasperante buenismo de quien vive la realidad desde una torre de cristal o se compadece de los «pobres» delincuentes. A mí siempre me apenan las pobres víctimas. Nuestra Constitución es heredera de esa tendencia que impide algo tan razonable como la cadena perpetua. Breivik perpetró una masacre que ha costado, hasta el momento, un total de 76 muertos, numerosos heridos y ha conmocionado a Noruega. Esta monstruosidad se saldará con un máximo de 21 años de cárcel. Con poco más de 50 años de edad saldrá libre. Lo razonable sería que nunca fuera libre, porque no hay reinserción posible para un criminal de estas características. No entiendo dónde esta el progreso en esta enorme injusticia.
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