Audiencia Nacional
Cruce de versiones contradictorias
Los tres acusados aportan diferentes testimonios sobre la noche del crimen. También han cambiado lo que contaron ante el juez instructor
Madrid- Los dos años de cárcel no han cambiado demasiado a Antonio Sánchez, «Pitoño». Al menos, físicamente. Si cuando ocurrieron los hechos ya se habló de sus cerca de 100 kilos de peso (por imaginar lo que sería este hombre cayendo sobre un chaval de 18 años), ayer, su corpulencia también salió a relucir. «Peso 93 o 94 kilos, no me peso todos los días», respondió a una pregunta de la fiscal. Vestido con pantalón y jersey azul y polo rosa, a «Pitoño» se le veía nervioso. Miraba al frente, al techo; a ratos apoyaba la barbilla en sus manos y dejaba sólo sus ojos al descubierto. De reojo, de vez en cuando, echaba un vistazo al público de la sala. Entre éste, varios amigos de Álvaro que no le quitaban ojo de encima. «Pitoño» no quiso que la Prensa le grabara –su abogada estuvo pendiente de que ningún periodista le apuntase con el móvil– y durante el par de minutos que los medios gráficos permanecieron en la sala se dio la vuelta. David Alonso, por su parte, se tapó el rostro con la carpeta azul que se ve en la imagen de arriba y David Sancio se cubrió detrás de su abogado. Los dos sí están cambiados. Ambos con gafas, mostraban un «look» digno de cualquier ejecutivo: traje chaqueta, camisa blanca y corbata. Situados todos, arrancó uno de los juicios que más expectación han levantado en los últimos años en Madrid. Lo primero que hizo la representante del Ministerio Fiscal fue proponer la prueba pericial de un experto en Toxicología para contradecir un informe aportado en la instrucción por la defensa de «Pitoño». Las defensas se opusieron, pero la jueza aceptó la prueba. El primero en declarar fue Antonio Sánchez. Dijo que esa noche vio salir a Álvaro con su amigo Rafael. Ussía salió «muy alterado, con una embriaguez muy alta» e «insultando a todo el mundo». Por eso, dice, no se sabe si se dirigía a él. «Los cogí a los dos y los subí los escalones que faltaban para llegar arriba», explicó. Después, «no sé qué pasó. Que tropieza y se cae al suelo. Se agarró a mí y me llevó con él. Me caigo encima. Le cogí de las manos para que no me pegara. Le empiezan a dar arcadas y le pongo en posición lateral para que no vomitara. Vinieron tres chicas de la Cruz Roja y alguien llamó el 112. Me fui cuando llegó la ambulancia», relató. Por su parte David Sancio se contradijo. Si durante la fase de instrucción aseguró que «Pitoño» le hizo un «barrido» a Álvaro y se tiró «a plomo» sobre Ussía, ayer se desdijo y confesó que «realmente» no vio eso y que sólo lo dijo por la presión «que estaba viviendo». «Le dio un golpe en el tobillo. Me despisté un momento por que escuché ruido de cristales. Cuando me di la vuelta Antonio ya estaba encima de Álvaro», por lo que no vio cómo cayó pero sí que tenía «la rodilla encima» del pecho del joven.
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