Casa Real
Rodiezmo
Hace pocos días, Zapatero en tono desafiante retó a Rajoy a que le acompañara en septiembre al acto anual de Rodiezmo, si tenía narices. Sin dejar un espacio para la duda, aseveró que a pesar de la que está cayendo tenía la firme intención de acudir a la celebración de UGT, igual que había hecho en los últimos años. Ahora, de repente, hemos sabido que el inquilino de La Moncloa ha tomado la inopinada determinación de cambiar de opinión, por lo que en esta ocasión se abstendrá de participar en la fiesta sindical que anualmente tiene lugar en la localidad leonesa. Excusas, todas; que si tiene un viaje oficial a Asia cuyas fechas aún no han sido determinadas; que si desea respetar la decisión de UGT, como si la Central Sindical hubiera vetado su asistencia; que si no quiere violentar la posición y el discurso del sindicato... En fin, que todo suena a espantada, a miedo y a un deseo de esconderse en un momento en que sus decisiones económicas no pueden estar más alejadas de las de la central hermana. Sucede que Zapatero ha traicionado su propio proyecto, su programa electoral, votado por once millones de españoles, sus principios y los valores que le han acompañado. Por todo ello, probablemente, prefiera quedarse en casa ante el temor a ser abucheado, dado que no tiene una buena noticia que ofrecer ni un aumento de pensiones que anunciar. Y otra circunstancia a tener en cuenta es que el acto tendrá lugar 20 días antes de la huelga general y no estará el horno para bollos.
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